por aitana1967yo

Seydou Keita nació en 1921 en Bamako, Mali. Ha sido un precursor del arte fotográfico y uno de los más importantes fotógrafos de África. Comenzó a interesarse por la fotografía por casualidad. A los 14 años su tío le regaló una Kodak Brownie Flash en un viaje a Senegal. Desde entonces este aprendiz de carpintero no dejó de fotografiar en blanco y negro todo aquello que le rodeaba. Familiares, conocidos, vecinos y después a la sociedad de su época.  Fotografiaba  a mujeres y hombres , a menudo con elementos de la cultura europea pero también con los vestidos de su propia cultura. Mostraba una deliciosa armonía entre lo público y lo privado en sus retratos, tanto de personas anónimas que iban trabajar a la ciudad desde las zonas agrícolas, como de personajes públicos de la época. Leyendo estos días un magnífico artículo de Miguel Lorente en Infolibre,  Vuelve el hombre me ha hecho pensar en los asuntos públicos y privados.  «Parece que Pablo Casado, líder del Partido Popular, ha perdido el Norte y lo ha cambiado por el Oeste, al menos es lo que se deduce de sus declaraciones al presentar la Hispanidad como una de las “etapas más importantes del hombre”. enlace

El autor comenta  que Pablo Casado no está acertado en su declaraciones en muchos sentidos. Coincido plenamente en que lo más preocupante es el verdadero significado de sus palabras y lo que estas traslucen. Doble desigualdad hacia las mujeres y a toda aquella persona que no cumpla el perfil de la «Hispanidad». El patriarcado más rancio quiere seguir con las viejas ideas androcéntricas que han traído tanta desigualdad, sufrimiento e injusticia a lo largo de la historia. La mirada de Pablo Casado no es la mirada del fotógrafo Seydou Keita. Lo público es privado y lo privado también es público. Trazar un nítida frontera entre lo público y lo privado. Entre lo importante y universal y lo particular. Su visión es cavernaria se mire por donde se mire. Entraña adjudicar al ser humano el género masculino y al femenino los asuntos privados, la reproducción, el cuidado, la esfera no visible, las cuestiones no tan «importantes»…El ser humano somos todas y todos. La esfera privada también es pública cuando trata de temas necesarios o vitales para las mujeres. Cuando se reclaman derechos, necesidades o se alza la voz para denunciar injusticias,  los asuntos mal llamados privados o particulares devienen en públicos..»El modelo así entendido no considera que exista desigualdad ni discriminación, tan sólo, se dice, que los hombres hacen aquello para lo que están preparados y las mujeres lo que sus condiciones les permiten hacer mejor que los hombres» Reflexiono sobre esta doble falacia que propone el señor Casado. Recuerdo y descubro a mujeres que se enfrentaron en sus vidas a un hecho «particular» pero como este asunto al tratarse de una injusticia y una discriminación automáticamente se convirtió en un asunto público de DDHH.

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Fotografía de Seydou Keita

Me parece doblemente peligroso si solo podemos vivir y desarrollarnos  ejerciendo la fuerza y la violencia, silenciando todas aquellas voces que quieren cambiar el mundo y las relaciones no desde la mirada patriarcal que nos ha sido dada desde siempre. Esa mirada androcéntrica es la que ha escrito la historia que nos han contado. La historia de los poderosos, de los hombres blancos que han ostentado el poder desde siempre. Hacen falta otras miradas, la del ser humano, mujeres y hombres que han luchado contra el abuso, contra la injusticia por no ser más o menos «hispanas, «anglosajonas», «arias», «americanas»…¿Que significa exactamente para el señor Casado la «Hispanidad»?¿Conoce a Fray Bartolomé de las Casas? El religioso que narró los abusos de la colonización española hacia los indígenas americanos. Detalló las injusticias,torturas y esclavización de las personas que supuesta mente iban a civilizar y evangelizar.»Conmovido… por la gradual extinción de éstos. Bartolomé de Las Casas emprendió desde entonces una campaña para defender los derechos humanos de los indios; para dar ejemplo, empezó por renunciar él mismo a la encomienda que le había concedido el gobernador de Cuba, denunciando dicha institución castellana como una forma de esclavitud encubierta de los indios (1514).»

El mundo del siglo XXI no puede ni debe ser un mundo donde priman las relaciones de abuso y poder para explicar y solucionar los problemas actuales. Las relaciones entre personas (mujeres y hombres), sin distinciones ni discriminaciones por cuestiones de género o del color de la piel,  han de basarse en el respeto y la solidaridad. Ya es hora de que la historia empiece a ser contada desde un modelo que englobe a todas y todos. Adoctrinar,  es negar una parte de la historia, es retorcerla para que mis ideas políticas queden justificadas y «argumentadas» Es invisibilizar a mujeres y a otros colectivos es en definitiva negar la historia de todas aquellas que han contribuido a que el mundo sea un poco mejor para todas y todos. Lo particular también es público. Las cosas que les suceden a a las mujeres también son importantes y necesarias para el motor de cambio e igualdad.

Es evidente como comenta Miguel Lorente  que lo autenticamente peligroso y nada anecdótico es el tipo de políticas que se pueden aplicar con esta visión de la historia y del mundo, del ser humano. Mujeres y hombres separados en dos órbitas que a veces se tocan pero no convergen. Órbita pública y órbita privada. Parece una película distópica tan de moda actualmente. Pienso sobre ello y he recordado y también descubierto a mujeres negras que tuvieron»incidentes privados», particulares, como viajar en autobús en Estados Unidos en los años de la segregación racial. Es de sobras conocida la historia de Rosa Parks. Activista por los Derechos Civiles y feminista. Mucho menos conocido es que el mismo incidente lo sufrieron dos mujeres más que sepamos. Era el año 1955 y Rosa Parks  se negó a cederle su asiento a un hombre blanco cuando fue requerida para ello por el conductor del autobús en el que viajaba en Mongomery, Alabama. Podía viajar en la parte delantera siempre que una persona blanca no lo solicitase para ella. Si esto ocurría debía ocupar un asiento en la parte trasera del autobús. Si hubiera aceptado ceder su asiento no hubiera trascendido y podríamos considerarlo un «asunto privado». Yo creo  firmemente que no es cierto,  porque los temas que crean injusticia y desigualdad, el no respeto de los DDHH ya es en esencia un asunto público. Lo que si que no hubiera tenido es trascendencia pública y política. Rosa Parks con su actitud de no obedecer una ley inmoral e injusta convirtió un hecho que las cabezas pensantes del patriarcado seguramente considerarían como particular en un asunto público, necesario y vital en favor de los derechos civiles de las personas, sin distinción. En el mismo año, otra mujer,  Claudette Colvin fue arrestada también por desobedecer, igual «delito», ocupar un lugar que no le correspondía por el color de su piel. Era una joven estudiante de 15 años que volvía del instituto con sus amigas.

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Claudette Colvin, residente del Bronx, habla sobre las leyes de segregación en la década de 1950 mientras se toma una foto el jueves 5 de febrero de 2009 en Nueva York. (Foto AP / Julie Jacobson)

El conductor del autobús requirió los asientos para una pasajera blanca. Las compañeras de Claudette se levantaron y fueron hacia la parte de atrás. Ella no se movió de su asiento y fue detenida y esposada por dos agentes. Pero a pesar de ser recogido el hecho en los periódicos locales y de ser defendida por Martin Luther King, los lideres afroamericanos no consideraron que fuera un perfil de mujer para desatar la lucha en las calles por los derechos civiles.

Era una chica rebelde y de los suburbios más pobres de la ciudad de Montgomery. Así,  su figura cayó en el olvido. No fue la única, 10 años antes otra mujer, Irene Morgan, también se vio en la misma situación que Claudette Colvin y Rosa Parks. enlace

En  1931 otra mujer afroamericana Ida B. Wells coofundadora de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color y activista por los derechos civiles y feminista fue detenida por la misma causa. Perteneció al movimiento sufragista y en contra de los linchamientos raciales que asolaban el sur de Estados Unidos.
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Quien o quienes delimitan la frontera entre los asuntos «privados» y «públicos» Un puñado de hombres blancos hijos de la sociedad patriarcal que han escrito la historia del ser humano desde siempre Bajo su óptica del hombre blanco. La historia de todas y todos narrada y transmitida generación tras generación desde la visión limitante e injusta del sistema patriarcal. Lo valioso a transmitir ya sabemos lo que es. Todas y todos hemos estudiado su historia. Así entiendo que este grupo de hombres con excepcionales «cualidades»  ostentan el poder económico, político, de altavoz público y desde su poder glorifican y ensalzan la «Hispanidad» como la mejor época del ser humano. Daría risa,  si las implicaciones de estas declaraciones no fueran tan terribles y anti democráticas y viniendo de quien vienen. Personas con poder para poner en práctica su «argumentario». Tienen el laboratorio con los conejillos de indias dispuestos para sus experimentos. Esa clase poderosa que siempre ha dictado como la sociedad tiene que organizarse, relacionarse y cuales son las prioridades y necesidades. Todo les cuadra y deben continuar defendiendo ideas cavernarias para justificar  la injusticia, la desigualdad y el sufrimiento de todas aquellas personas que no se adaptan a sus categorizaciones sobre la realidad. Debería caérseles la cara de vergüenza  a los señores como Pablo Casado que defienden un mundo «masculino», su idea de la masculinidad, en el que prima la desigualdad, la desoladora injusticia y la perpetuación de estas. Esa «hispanidad» debería provocar honda vergüenza y no regocijo.

Retomando la figura de la activista Ida B. Wells y su lucha contra los linchamientos raciales,  documentó más de 100 casos. Fue una pionera en el periodismo de denuncia, por su trabajo sistemático de documentación, contrastación y análisis. En 1892 publicó Southern Horrors Lynch Law in All Its Phases. Investigó y comparó diferentes casos donde se asesinó a hombres negros acusados de violar y asesinar a mujeres blancas. Descubrió que era una mera excusa para esconder el verdadero motivo de estos linchamientos. Hombres blancos que se sentían amenazados por el progreso económico de sus conciudadanos. Era muy fácil acusar falsamente a estos hombres y asesinarlos. Era una cuestión económica y también de percibir a estos hombres como una amenaza sobre la supuesta «superioridad» del hombre blanco para estos colectivos racistas. Ida junto con otros activistas organizaron un boicot a la Exposición Universal de Chicago en 1893, explicando como funcionaba con todo detalle el sistema de linchamientos. Repartieron miles de panfletos en inglés y otros idiomas. Why de Colored American is Not in the World’s Columbian Exposition. 

En las manifestaciones por el sufragio femenino se negó siempre a ir detrás, era el lugar asignado a las personas afroamericanas. Se casó con un abogado también relacionado con las causas de derechos civiles y fue una de las primeras mujeres estadounidenses  en no adoptar el apellido de su marido, algo totalmente fuera de lo común en esa época.

En 1928, después de jubilarse escribió Crusade for Justice su autobiografía. Murió el 25 de marzo de 1931 dejando un gran legado en la lucha por los DDHH.  Han pasado más de 80 años desde su muerte y su figura cayó en el olvido. Este julio de 2018 su biznieta Michelle Duster junto a otras personas activistas por la educación han conseguido recaudar fondos para erigirle un monumento a su memoria y legado en favor del feminismo y los derechos civiles. » Espero que en Chicago esto ayude a traerla como mujer a la memoria pública» Explica su biznieta en la entrevista.

Ida nació esclava en Holly Springs, Missouri. Sus padres y un hermano murieron de unas fiebres amarillas que asolaron el sur de EEUU. Ella tenía 14 años y se ocupó de sus hermanos para que no fueran separados entre sus tías y tíos. Fue al Instituto y trabajó como maestra en una escuela para personas negras. Se inició  como reportera para narrar las injusticias que vivían las personas que como ella nacieron sin derechos. Esta iniciativa privada para reescribir la historia de las mujeres afroamericanas, en este caso la de Ida Wells surge en un momento en que en Estados Unidos se esta debatiendo que monumentos deben ocupar el espacio público. Volvemos al espacio público y privado. Existen cientos de monumentos en todo el país que rinden homenaje a los confederados, pero tan solo una veintena que recuerden la figura y el legado de las mujeres afroamericanas. Ella luchó contra los linchamientos y debido a la violencia racial hubo de mudarse a Chicago. Recibió numerosas amenazas de muerte y su periódico Memphis fue saqueado. Continuó trabajando como activista y periodista y sentó las bases de las luchas por los Derechos Civiles de los años sesenta.

El monumento será esculpido por el artista afroamericano Richard Hunt y mostrará información biográfica y sobre la obra de la periodista y activista. Será ubicado en Bronzensville, cerca del hogar de Ida Wells en Chicago.

«Espero que este sea el comienzo del reconocimiento de las mujeres afroamericanas-dijo Duster-Necesitamos contar la historia de nuestro país».