Publicado en Nueva Revolución
Publicado en el blog de enseñanza de UGT Ceuta
Revista educación y cultura
Por Teresa Domínguez
«Ni machismo ni feminismo, igualdad». Esta fue la respuesta de una profesora a un alumno de 5º de primaria en un centro público andaluz delante de toda la clase cuando preguntó por qué en la iglesia no había mujeres curas, sus padres le habían dicho que la iglesia era machista. ¿En qué queda el esfuerzo de esa madre y ese padre por educar a ese niño en visibilizar el machismo de la sociedad? No es un caso aislado, ya el 25 de noviembre, el tutor de la misma clase, regaló a sus alumnos y alumnas con el tópico «las mujeres también matan y maltratan a los hombres». El mismo día que se suponía debían hacer concienciación sobre la violencia machista. Decía Benoite Groult que el feminismo no ha matado a nadie pero que el machismo mataba cada día.
No solo se trata de «superar los silencios cómplices» como dice Octavio Salazar en el libro «Hombres Por La Igualdad» de Nuria Coronado. Enfrentar el machismo es una tarea ardua y complicada, el patriarcado lleva siglos instalado en nuestras sociedades, y combatir el discurso machista subliminal, no solo en la calle, sino en el aula, es una asignatura pendiente. No dejamos de oír que el machismo es un problema de educación y que depende mucho de la educación de los padres. En realidad a quienes se refieren, seamos sinceros, es directamente a las madres. (Otro tic machista). Y comprenderán que no voy a renegar de la parte de cuota que me corresponde como madre a la hora de educar a mis hijos, pero no voy a aceptar bajo ningún concepto hacerme responsable en solitario de un sistema que lleva siglos subyugando a niñas y mujeres en el mundo entero.
«Es tiempo de llevar adelante los proyectos de escuela coeducativa; la realidad nos lo está exigiendo.» Marina Subirats i Martori
Si hablamos de coeducación, es necesario que se impliquen todos los miembros de la familia y desde los primeros días de vida del bebé. Los roles en el hogar han de compartirse desde el minuto uno, porque no hay mejor educación que el ejemplo. El sistema educativo debe ser igualitario y educar en feminismo, sí, repito, feminismo, que para quien le salga urticaria con la palabra, significa principio de igualdad de derechos del hombre y la mujer. Es importante no seguir fomentando estereotipos machistas, que no son inofensivos, desde la sociedad, la escuela, las políticas, la justicia, etc. Hacen falta nuevos planes de estudio que incluyan el feminismo como parte de los movimientos que promueven los derechos humanos, como parte de los movimientos políticos que llevan formalmente más de 300 años de lucha, la revisión de materias para que incluyan a la mujer en los libros de texto, y la formación de profesores en materias de género. No hemos tenido una educación que nos permita analizar el sexismo que nos rodea, pocas personas han estudiado sus propios estereotipos y la transmisión que de ellos hace en las aulas dice Marian Moreno Llaneza. No basta con gestos y campañas diseñadas desde los estamentos políticos si luego no se aplican a la realidad:
Desde el Instituto Andaluz de la Mujer se pone a la disposición del profesorado de Educación Infantil y Primaria la Agenda Escolar Coeducativa, agenda que han diseñado como herramienta de trabajo, a la vez que como material didáctico práctico e «inspirador» con la colaboración de la Consejería de Educación, a la formación de las y los profesionales de la enseñanza de Andalucía, agentes fundamentales para coeducar, y facilitar que los profesores pasen a ser agentes activos y transformadores de las prácticas docentes sexistas. Un material con recursos de apoyo y buenas prácticas, para puedan investigar y profundizar en temas como el lenguaje no sexista, la educación de la afectividad como herramienta para la prevención de la violencia de género, espacios y discursos libres de sexismo o la resolución pacífica de conflictos desde una perspectiva de género. ¿Se está poniendo realmente en práctica?
El Documentos TV «Voces contra el silencio» que recomiendo encarecidamente, pregunta una educadora, ante un grupo de alumnos ¿Cuantas veces en 14 años habéis hablado de agresiones las sexuales? ¿O del acercamiento sexual o del miedo, o del no miedo, o de la prevención o de la autodefensa? Es decir, el sistema educativo os ha aportado en 14 años cinco horas del tema afectivo sexual, sobre el acercamiento a las personas. Sobre cómo hemos vivido las mujeres las agresiones sexuales o la posibilidad de ello, sobre cómo viven los chicos las agresiones sexuales, a qué consideran agresión sexual, qué no se considera.
¿Me estáis diciendo que en 14 años el sistema educativo de la escuela pública os ha dado 5 horas de formación en catorce años. ¿No es eso?
¿Han de ser iniciativas personales de profesoras y profesores concienciados las que se encarguen de manera individual y particular de recoger el material que encuentran, y llevarlo al aula?
Fantástico corto: "La consulta" de @yodominguez
Genial para trabajar la concienciación de nuestro alumnado contra el machismo: el primer paso para combatirlo es reconocerlo
Gracias @FOLanodetal y @letra_escarlata por descubrirme esta joyahttps://t.co/ThFoa4jl2H— Jesus Barbera (@jesus_fol) May 25, 2018
Campaña de sensibilización para jóvenes contra la violencia sexual de la
Magnífico vídeo de @fmprogresistas impactante#ViolenciaSexual#SoloSíEsSí pic.twitter.com/AU4ms9sKAg— Teresa Domínguez 🦋 #RESISTERS @AndAbolicion (@letra_escarlata) May 25, 2018
No podemos esperar una educación en igualdad, ni una sociedad en igualdad, mientras que el mismo sistema no proporcione las herramientas que lo permita. Profesores y profesoras con perspectiva de género, profesionales fundamentales en la coeducación no sexista, como explica el folleto de la Junta de Andalucía «facilitar que los profesores pasen a ser agentes activos y transformadores».
Pero no quedarnos en la teoría, hay pasar a la práctica. Estoy recordando las palabras de Rafa Sánchez en el Concierto Solidario #MenoresQueSufren contra la violencia machista «¿Cuando habrá en los centros públicos e institutos una asignatura que se llame igualdad? ¿A qué estamos esperando?»
«Si la costumbre fuera mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y sutilezas de todas las artes y ciencias tan bien como ellos.» Cristina de Pizán (1364-1430)
Pero volvamos al hogar. Criamos a nuestras niñas para luchar contra los estereotipos y a perseguir sus sueños, pero es igual de importante hacer lo mismo con nuestros hijos. Si queremos crear una sociedad equitativa, en la que todos puedan prosperar, también debemos brindarles a los niños más opciones. Porque aunque es maravilloso que eduquemos a nuestras hijas en ampliarles sus horizontes, mientras que los niños no abandonen sus propios roles, se les desaliente a tener intereses que se consideran «femeninos» y no sean educados en completa igualdad, no tendremos éxito.
«No penséis que todas las niñas son iguales… Noooo, hay niñas altas, bajitas, redondas, azules, valientes, artistas, ligeras, nobles, imaginativas, sinceras, pensadoras…» SuperLola
En un artículo que se hizo viral del NYTimes, Claire Cain Miller se hacía eco de unos estudios muy recientes de neurocientíficos, economistas y psicólogos sobre la base de las últimas investigaciones en género y feminismo. Y las conclusiones a las que llegaron los expertos estaban dirigidas a cualquier persona que quisiera criar a sus hijos para que fuesen empáticos, amables, seguros y libres de perseguir sus sueños. En algo coincidían sin dudar, a los menores hay que darles libertad de actuación y no definirles los roles. Según los sociólogos el mundo de los niños sigue siendo muy limitado.
«No penséis que todos los niños son iguales. ¡No! ¡No! y ¡No!. Hay niños mágicos, bailarines, cariñosos, habladores, bajitos, risueños, voladores, cuidadosos, buenos, amables…» Lalo, el príncipe rosa
Consejos tan importantes como dejarles llorar. No reprimir sus sentimientos. Porque no es hasta los 5 años de edad, que los niños reciben el mensaje de que la ira es aceptable, pero se supone que no deben mostrar otros sentimientos, como la vulnerabilidad. Por otro lado, los expertos inciden en que es necesario luchar contra los roles de género que nos impone la sociedad. Los niños y niñas no nacen con esas preferencias. Tampoco los bebés tienen preferencias en los juguetes. La diferencia de criterio en los investigadores, surge al mismo tiempo en que los niños toman conciencia de ese género que se les impone, alrededor de los dos o tres años, y en ese momento las expectativas sociales pueden invalidar los propios intereses innatos. De hecho, los estudios sugieren que la segregación de juguetes tiene efectos a largo plazo sobre las brechas de género, la brecha académica, las habilidades espaciales y sociales. Para que los niños y niñas alcancen su máximo potencial, deben seguir sus intereses. Niñas y niños empiezan a saber cual es su lugar en el mundo a través de la observación y el juego.
Después están las tareas de cuidado. Las mujeres dedican más tiempo que los hombres al cuidado de los hijos y a las tareas del hogar en todos los países de Europa, según el informe La vida de las mujeres y los hombres en Europa elaborado por Eurostat con datos del INE en el caso de España.
España sale especialmente mal parada en lo que se refiere al cuidado de los hijos, donde la desigualdad es muy manifiesta. Las mujeres también son las que dedican más tiempo a la cocina y a las tareas domésticas en todos los países de la Unión Europea. En España, el 84% de las mujeres mayores de 18 años cocina o lleva a cabo estas tareas cada día, mientras que el porcentaje de hombres queda en el 42%.
Si queremos hijos educados en igualdad, debemos enseñarles a cocinar, limpiar y cuidar de sí mismos y a ser igualmente competentes en el hogar.
También enseñarles a cuidar de los demás, hermanos, familiares, tareas domésticas, incluso cuando ambos padres trabajan a tiempo completo. A cuidar a los niños de los demás, dicen los psicólogos. Deben saber cómo se espera que los hijos y no solo las hijas cuiden a los padres y parientes cuando sean mayores. Es importante que se sientan implicados en la visita de familiares enfermos, o tener responsabilidades en el hogar o cuidando mascotas y hermanos menores. Animarles a cuidar, entrenar o enseñar. Este tipo de gestos aumenta la empatía, disminuye la agresividad.
«La Educación para el cuidado es (…) un antídoto contra el maltrato, neutraliza la idea adquirida por inercia de que los varones han venido a este mundo a desarrollar cuatro roles fundamentales; rey, mago, guerrero y amante; y las mujeres a actuar como complementarias (…)» Elena Simón
Según las últimas investigaciones, los niños que son alentados a jugar con amigos del sexo opuesto aprenden mejor la resolución de problemas y la comunicación. Además incide en que aquellos que tienen amistad con niñas también son menos propensos a pensar en las mujeres como conquistas sexuales. Por otra parte en el estudio al que hago referencia, se hace hincapié en lo importante de enseñar el significado del «No». Respeto y consentimiento: Exigir que los niños pregunten antes de tocar el cuerpo de los demás desde pequeños. Es fundamental enseñar el no. Pero es igual de importante que sepamos como adultos aceptar un no en los niños y niñas. Ya sea en un juego de lucha o cosquillas, o un simple beso.
Tampoco dejar pasar comportamientos de «niños», burlas, chistes sexistas, acosos, bromas… con un simple «son cosas de niños», etc…. Hay que hablar con ellos lo antes posible. Nunca usar la palabra «niña» de forma peyorativa. «No llores como una niña», «no corras como una niña», «los niños son más nobles» «los niños no lloran». El lenguaje es una herramienta imprescindible para construir mensajes y canalizar nuestros pensamientos.
«Se trata de que el mercado gane a las niñas a través de una feminidad mal entendida. Desde los cuatro o cinco años, las niñas se adornan como mujeres erotizadas y acaban viendo como natural ser objetos sexuales.» Soledad Muruaga
Según la psicóloga Mamen Jiménez hablar de sexo con nuestros hijos, aunque nos parezcan muy pequeños, no es negativo, nunca lo es. Los estudios demuestran que una normalización de la sexualidad, y una buena información al respecto, favorece una mejor autoestima en el niño y la niña y una actitud positiva hacia su sexualidad, lo que implica seguridad, sentirse bien consigo mismo, disfrutar de sus emociones y sensaciones… por otro lado es muy importante prestar atención al preocupante tema de la hipersexualización de nuestros hijos, según Olga Carmona, psicóloga clínicay experta en Psicopatología Infanto-Juvenil, sobre el patrón de hipersexualización de las niñas en la publicidad: «No es que se vean arrastradas a seguirlo, es que están siendo socializadas, endoculturizadas en un ambiente en el que determinados comportamientos se ven reforzados.» Y en el caso de los niños, adolescentes, el acceso a contenidos para adultos independientemente de si ha sido consciente o no.
«La pornografía desvirtúa la verdadera respuesta sexual humana ya que es un producto fabricado. No es verdadero y es necesario ponerlo en conocimiento de ese niño, explicando realmente lo que es el placer para que no altere la realidad”. Óscar Rodrigo Mairal, sexólogo y ciber educador sexual
Por ese motivo nos invita a hablar, hablar, hablar, con nuestros hijos e hijas. El sexo no debe ser un tabú, y se debe abordar de la manera más natural posible. Recordando que los niños y niñas repiten roles que ven en su entorno, en los medios, en la calle.
Otro de los factores importantes en la educación es hacerles ver cuando una noticia, un comportamiento, una palabra, se ajusta a un estereotipo machista, es bueno hablar de ello, hacérselo notar, si no les ayudas a etiquetarlos como estereotipos, asumen que es así. Y sobre todo educar a través del ejemplo.
«Cuántos siglos necesita la razón para llegar a la justicia que el corazón comprende instantáneamente.» Concepción Arenal
Educarlos en feminismo, es educarlos en igualdad, es celebrar la infancia, no es eliminar su manera de ser o su propia individualidad, todo lo contrario, es permitir que sean libres y empáticos. Que vean a las niñas como iguales y no sientan vergüenza de expresar sus sentimientos ni vean limitados sus comportamientos. Ambos pueden jugar, trepar, bromear, mostrar fortaleza o reconocer emociones. Cuidar y amar a su familia, resistir la intolerancia, ser solidarios. Y sobre todo, ser lo que quieran ser, y hacer lo que quieran hacer, sin ser cuestionados por su género que no deja de ser una construcción social.
Como dice Miguel Lorente en el prólogo del libro de Nuria Coronado
«No puedo hacer todo, pero puedo hacer algo»
¿Ellos lo tienen claro, y tú?