
Varisheh, Pakhshan y Sharifeh: Defender los derechos humanos no puede costar la vida
Publicado en La Voz del Sur 20 de mayo de 2025
Publicado en Nueva Revolución 20 de mayo de 2025
Teresa Domínguez es copresidenta y cofundadora de AFRA Mujeres, investigadora, divulgadora feminista y creadora del proyecto letraescarlata.org y CatavinasPodcas
Hoy, 20 de mayo de 2025, tres mujeres —Varisheh Moradi y Pakhshan Azizi, de origen kurdo, y Sharifeh Mohammadi, de etnia turca— enfrentan la amenaza inminente de ejecución por parte del régimen iraní. Su único “delito” ha sido alzar la voz en defensa de los derechos humanos, la justicia y la dignidad. Sus vidas penden de un hilo, mientras la respuesta internacional sigue siendo insuficiente.
Varisheh Moradi, activista política y defensora de los derechos de las mujeres, fue arrestada en agosto de 2023 y condenada a muerte en noviembre de 2024 por “rebelión armada” (baghi). Excombatiente contra el Estado Islámico en Kobane, su juicio estuvo plagado de irregularidades, incluyendo denuncias de tortura no investigadas y la ausencia de garantías judiciales. Su apelación ante el Tribunal Supremo sigue pendiente, pero la falta de avances, sumada a la negativa de visitas familiares en febrero de 2025, aumenta el temor de una ejecución inminente.
Pakhshan Azizi, trabajadora humanitaria de 40 años, fue condenada a muerte en julio de 2024 por actividades pacíficas, como brindar apoyo a mujeres y niños desplazados en el noreste de Siria. El Tribunal Supremo ratificó su sentencia en enero de 2025, y el 5 de febrero rechazó su solicitud de revisión judicial. Aunque una huelga de comerciantes y protestas de mujeres en ciudades kurdas lograron una suspensión temporal de su ejecución el 22 de enero de 2025, su vida sigue en peligro.
Sharifeh Mohammadi, activista laboral de etnia turca, fue arrestada en diciembre de 2023 y trasladada a la prisión de Lakan, Rasht. Sometida a aislamiento, tortura e incomunicación, enfrenta una segunda condena a muerte, reemitida el 19 de febrero de 2025, tras la anulación de una sentencia previa. Los cargos infundados de afiliación a un grupo armado ocultan su verdadero “crimen”: su activismo sindical y feminista.
Los casos de Varisheh, Pakhshan y Sharifeh son parte de un patrón sistemático de represión en Irán, donde el régimen utiliza cargos como “rebelión armada” o “enemistad con Dios” para justificar ejecuciones en juicios carentes de transparencia, a menudo acompañados de tortura. Un informe de las Naciones Unidas de marzo de 2025 (A/HRC/58/62) condenó estas prácticas, destacando el caso de Moradi como ejemplo de la persecución contra activistas kurdos y mujeres. Al menos 12 disidentes enfrentan condenas similares, según el Centro para los Derechos Humanos en Irán.
A pesar de esta injusticia, no están solas. Más de 229 abogados iraníes han exigido al jefe del Poder Judicial, en una declaración del 17 de febrero de 2025, que detenga estas ejecuciones, argumentando que violan principios islámicos, humanitarios y el derecho internacional. Otras organizaciones han condenado estas sentencias, mientras que concentraciones en ciudades como Madrid, hoy frente al Congreso de los Diputados, y protestas en la prisión de Evin lideradas por la Nobel de la Paz Narges Mohammadi el 11 de febrero de 2025, muestran un creciente movimiento de solidaridad.
Sin embargo, esto no es suficiente. La violencia contra las mujeres no es un fenómeno fortuito, sino un mecanismo deliberado de opresión. Una estrategia estructural para silenciarlas. Exigimos que el Gobierno de España, la Unión Europea y las Naciones Unidas, respaldadas por su propio informe de marzo de 2025, impulsen sanciones específicas contra los responsables de estas condenas, promuevan una resolución urgente en la ONU para detener estas ejecuciones y ofrezcan asilo político a activistas en riesgo. La comunidad internacional debe actuar con firmeza para evitar una tragedia irreversible.
Si Varisheh, Pakhshan y Sharifeh son ejecutadas, el mundo no podrá alegar ignorancia. Solo podrá admitir que no hizo lo suficiente. Y eso sería imperdonable. Desde AFRA Mujeres, Asociación Mujeres Feministas Radicales de Andalucía, nos solidarizamos con su lucha por una vida en dignidad y libertad.
Mujer, Vida y Libertad.
Teresa Domínguez
