Publicado en Blog Letra Escarlata

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Lo que a primera vista parecía un caso más de bienes sin dueño, se convirtió en una historia digna de los mejores guiones o novela.

Cuando leí la historia no resistí la tentación y me puse a buscar datos. A medida que iba leyendo y profundizaba en la historia, me iba sintiendo fascinada. A semejanza del castillo del cuento de la Bella Durmiente, donde el tiempo se detuvo…

Un apartamento parisino, desocupado durante 70 años, fue descubierto entre  el emblemático barrio de Pigalle, junto a la iglesia de la Trinidad y la Ópera Garnier en el distrito dónde yo residía. A consecuencia del fallecimiento de su propietaria, en 2010, a los 91 años, los albaceas encargados de realizar el inventario de sus bienes, descubrieron un verdadero tesoro detenido en el tiempo desde hace 70 años.
Tras la puerta, bajo una espesa capa de polvo, se encontraba un piso de 140 metros cuadrados abandonado en 1942, en plena segunda guerra mundial.
Su propietaria, Madame de Florian, una cortesana en la época, se marchó al sur de Francia huyendo de la llegada de los alemanes a la capital, una partida sin regreso para ella.
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Magníficos techos de madera, una vieja estufa de leña, un fregadero de piedra, peluches de antes de la guerra, una maravillosa chimenea, muebles, joyas y documentos, incluso antiguas cartas de amor atadas con lazos de colores rojos, azules y rosas… ¡Todo quedó intacto durante más de medio siglo!
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En  los 70 años que estuvo sin habitar, nadie reparó en el apartamento, ni preguntaron quien habitaba allí. Ni siquiera el administrador, que recibía puntualmente el importe de los impuestos.
Pero esta historia no tendría tanto interés si no hubiera existido un tesoro presente en el apartamento. Una obra maestra del pintor Giovanni Boldini colgaba en el salón, de la chimenea. La pintura representa a Marthe de Florian, abuela de la propietaria, conocida actriz de su época, cortesana, vestida con un precioso traje de noche color rosa palo. Entre los admiradores de esta mujer, se encontraba Georges Clemenceau y se supo por unos documentos hallados en los muebles del apartamento. Marthe de Florian dio en herencia el apartamento a su nieta y ella jamás visitó el departamento, continuando con los pagos hasta su muerte.
El cuadro se vendió a un aficionado por la cantidad de 1,7 millones de euros, 2,1 millones con sus gastos correspondientes, un record mundial para el artista… el precio de la pasión.
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Madame de Florien era la nieta de la actriz Marthe de Florien.  Al contrario de Solange Bellegarde, que así se llamaba, huyendo del nombre y reputación de su abuela, está la periodista Yolaine de la Bigne, que adoptó el nombre de la cortesana de su familia en su honor.
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La abuela de Madame de Florian, Marthe de Florian pintada por su amante y pintor el artista Giovanni Boldini
@letra_escarlata
Historia inspirada y parcialmente traducida con la autorización de pariszigzag

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