“Los hombres nos han demostrado que lo están haciendo mal, crean más conflictos que soluciones”. Dice una de las líderes de “Mujeres Activas por la Paz en Israel”; Movimiento nacido en el 2014, durante la guerra entre Hamás e Israel llamada por este último operación Margen Protector, en la que 73 israelíes y 2,200 palestinos murieron en los 50 días de conflicto.

Se trata de un grupo de mujeres, de todo el espectro político y social: desde  judías izquierdistas, colonas de melena cubierta, musulmanas practicantes, judías sionistas de derechas, palestinas ateas… que reúne ya a más 30,000 socias en Israel y los territorios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Y se están adjuntando mujeres de más países en su apoyo, convencidas de que la solución del conflicto está en sus manos y no en las de los políticos.

«Tenemos mucha experiencia en la guerra y ninguna en la paz, ha llegado la hora de adquirirla»

Van semanalmente al parlamento para presionar y exigir a los políticos un acuerdo de paz beneficioso para ambas partes. “Están desesperadas y dispuestas a hacer lo que sea por ello”, nos decía Ettie, una de las mujeres fundadoras de este movimiento, quién vino a la marcha de Sevilla el pasado 2018  y nos ofreció una charla informativa en “La casa de las Mujeres de Jerez”. Las israelitas, porque a pesar de su status económico están hartas de tener hijo/as-soldados y las palestinas desgarradas de dolor por tanto años de luchas, miserias y muertes. 

 ¡Están cargadas de enormes ganas y buenas intenciones! ¡Es necesario apoyarlas! ¡Ellas son como un RÍO de ESPERANZA” que pueda aplacar estos dos continuos fuegos!.

No olvidemos, que están inspiradas en el movimiento Acción Masiva por la Paz de las Mujeres de Liberia, que como reacción al conflicto de su 2ª guerra civil en el año 2000, la trabajadora social Leymah Gbowee decidió unir a mujeres para manifestarse juntas contra la guerra.  Al principio, eran cristianas, pero en marzo de 2003, una musulmana, Asatu Bah Kenneth habló ante la multitud y anunció que traería a las mujeres musulmanas para que se unieran a las cristianas en la tarea de exigir la paz al presidente y a los señores de la guerra. El 11 de abril se publicó una Declaración de Posición sobre la Crisis de Liberia y levantaron una valla publicitaria en el mercado del pescado que decía “Las mujeres de Liberia dicen que la paz es nuestra meta, la paz es lo que importa, la paz es lo que necesitamos”. Durante los años siguientes, ayudaron al gobierno en la organización de elecciones democráticas, registraron votantes e instalaron mesas electorales. El 23 de noviembre de 2005, el pueblo de Liberia eligió a su primera mujer presidente: Ellen Johnson Sirleaf, quien compartió el premio Nobel de la Paz en 2011 con Gbowee.

Para las mujeres de Israel su meta es también, sencillamente, conseguir la paz. Y se quedan al margen del campo político por no crear más problemas en un país tan complejo, con tanta conflagración desde hace tanto tiempo, como ya sabemos y tanto se ha hablado, tanto intereses económicos, como conflictos bélicos, intolerancia religiosa, etc.

Y, aunque a muchos nos cueste creerlo, hay muchos judíos y judías, ya sean creyentes o por cultura, que están frontalmente en contra de cómo, basándose en la fuerza y la ocupación, el estado de Israel oprime al pueblo árabe-palestino. Tanto la gente de paz que viven por el mundo, como los que viven allí, que desean la concordia y una vida más digna para todos, pero que se ven impotentes y supeditados por los gobernantes judíos conservadores y ultranacionalistas, con un gran potencial económico.

De todas estas personas inconformuistas y sufridoras del día a día de esta inaguantable situación, nació este movimiento, que ahora se ha extendido a todo el mundo, llamándose Mujeres del Mundo por la Paz (WWP), con activistas que organizan marchas por muchas ciudades, buscando el apoyo de mujeres y hombres que creen en la lucha pacifista (como la de Gandhi, Luther King o Mandela). En Andalucía ya ha habido tres “Caminos por la Paz”, En Córdoba, Sevilla y Cádiz. Por Europa en Berlín, Zurich, Luxemburgo, en Italia, Francia, Holanda… En Sudamérica hay importantes activistas en Argentina, Chile, Brasil y en lugares tan dispares como Washington y Casablanca (Marruecos). 

Ahora bien, mucha gente nos preguntamos ¿por qué un pueblo que ha sufrido tanta discriminación, hostilidad y odio actúa de esa manera con el pueblo palestino? Creo que es ¡¡¡El Efecto Boomerang!!! Aguantar tanta violencia durante siglos les provocó una explosiva intransigencia. 

       Para ponernos mejor en su lugar, vamos a repasar un poco su historia:                                                                                                                     

Desde las primeras invasiones a Judea por Nabucodonosor II, en el año 586 a. C. que produjo el primer exilio y diáspora judía, hasta el espantoso genocidio nazi, este pueblo no ha dejado de padecer un tremendo antijudaismo religioso, cultural y económico. Después de ese atroz trato vejatorio recibido tanto psicológico como físico por la locura hitleriana, sintieron más que nunca la necesidad de volver a su propia tierra buscando seguridad y protegerse como pueblo. Ya antes, muchos se fueron a esas tierras de Israel compradas por los sionistas, tras las incesantes y agresivas persecuciones cometidas por el zarismo (1897). Más tarde la Sociedad de Naciones estableció el Mandato de Palestina (1922), documento en el que se recordaba al Reino Unido sus responsabilidades y obligaciones respecto a la administración de Palestina, incluyendo «asegurar el establecimiento de un hogar nacional judío», y «salvaguardar los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina», con el que la liga árabe nunca estuvo de acuerdo, provocándose muchos conflictos armados entre árabes y judíos, terminando con la fatídica guerra árabe-israelí de 1948. Los británicos han demostrado no solo ser un pésimo mediador sino que fueron bastante culpables, por utilizar a los judíos para sus intereses políticos-económicos (junto con E.E.U.U. su eterno aliado), y enmarañar mas las desavenencias entre estos y los árabes.

Es necesario reconocer que la cultura judía ha aportado siempre mucho a la humanidad con sus avances científicos, sus inventos, su creatividad artística, sus grandes filósofos, e incluso nos dio a Jesucristo (ya lo consideres hijo de Dios,  Maestro espiritual o embajador por la Paz y el Amor en el mundo), quién transmitió y acrecentó la sabiduría pacifista hebrea; de la cual decía Salomón: “El odio despierta contiendas y el amor cubre todas las transgresiones”. Y, algo también muy importante, nunca han invadido a ningún país ni impuesto su religión; al contrario, para convertirse al judaísmo hay que sacar “arduos masters” supervisados por un rabino.

 ¡Por eso nunca entenderé, porque un pueblo tan valioso, que ha vivido y dejado vivir y al que le debemos tanto en la evolución del ser humano, ha suscitado tanto desprecio, anterior a este estado de Israel!

En España, tenemos desgraciadamente mucha experiencia sobre ello. Hay una gran descendencia judía, ya que no pararon de venir desde los fenicios para mercadear desde siglo IX a.C. hasta el dominio del islam. Con la ejemplar convivencia de las tres culturas, los sefardíes alcanzan su máximo esplendor, cultivando con éxito las artes y las ciencias, destacando claramente en medicina, astronomía y matemáticas. Pero se les ataca porque decían eran usureros, aunque solo una minoría se dedicó a la tesorería y préstamos por la prohibición islámica que impide a los musulmanes dedicarse a actividades financieras, caso similar para los cristianos que consideraban la actividad como impía. La realidad es que entre los judíos españoles en el momento de su expulsión había clases, como en la sociedad cristiana o árabe, una pequeña minoría de hombres muy ricos y muy bien situados, junto a una masa de gente menuda: agricultores, artesanos, tenderos. Y los Reyes Católicos fueron los últimos de los soberanos de los grandes estados europeos occidentales en decretar su expulsión (el reino de Inglaterra lo hizo en 1290, el de Francia en 1394; desde 1421 a 1442 los estados alemanes y, de 1485 a 1498 los italianos); Porque eran conscientes de su valía para España los protegieron y ampararon hasta el último momento, alentándolos, en el último caso, a su conversión para que no se fueran. Pero gran parte del pueblo promovió su expulsión que, como dicen muchos estudiosos historiadores, no fue por sus diferencias religiosas o costumbristas, sino por un enorme sentimiento de envidia a ese pueblo: “por su capacidad de trabajo, sus logros profesionales y su autosuficiencia”. Les destrozaron sus vidas y luego se apropiaron de sus propiedades y riquezas.

Ahora, para encontrar la necesaria fórmula de convivir entre ambos pueblos en Israel, que al fin y al cabo tienen la misma raíz de origen (primos hermanos con distinta religión), sería necesario conseguir un “milagroso consenso”. Considero, que nos tenemos que comprometer muchos pacifistas del mundo y, no solo los judíos de allí, sino todos esos que viven en Estados Unidos y otros países acaudalados, quiénes se sienten enormemente mal viendo los inacabables y atroces acontecimientos en Israel, pero lo hacen acomodados desde su status privilegiados y miran de reojo como si el conflicto no fuera suyo. Ya es hora de que reaccionen, porque “tanto hace el mal quien lo ejecuta como el que no hace nada por solucionarlo”. Espero que este movimiento sea un revulsivo para que, artistas, pensadores, gente de izquierdas, tanto con poder adquisitivo como de masas, contra actúen ante tantos lobbies y extremistas judíos, que han aportando cantidades masivas de dinero para crear aquel país y siga funcionando así de malamente. Trabajar mucho para conseguir un positivo acuerdo, teniendo muy en cuenta que el pueblo árabe ceda y olvide agravios pasados, para que el pueblo palestino viva en sus tierras dignamente y ayudarlos también económicamente para pueda remontar su vida.

Como diría Charles Chaplin: ¡Uníos a ellas judía/os y personas de buena voluntad de todo el planeta, aprovechemos la fuerza de esa corriente, porque es imposible apagar un fuego con mas fuego, si no con mucha AGUA! ¡La Paz en Israel y Palestina está en nuestras manos!  Y repercutiría en el  mundo entero, ya que todos tememos, de seguir así, van a ocasionar un gravísimo conflicto internacional.  

Rosaura Galdón López