Publicado en Nueva Revolución
Y en el blog Barcelona 56
Retrato de Zahra, madre de alquiler iraní.
La Comisión sobre el Status de la Mujer designó a la República Islámica de Irán y Nigeria para formar parte del Grupo de Trabajo sobre Comunicaciones de su sexagésimo tercer período de sesiones.
«Os envío mis lágrimas de amor, esperando que compensen la injusticia y la hagan un poco más tolerable para vosotros«, escribe una madre desesperada a sus dos hijos, Nima, que tiene ahora 11 años y Mehraveh, 19, desde la cárcel: Nasrin Sotoudeh, detenida en junio de 2018, fue condenada a 38 años de prisión y 148 azotes por defender los derechos de las mujeres a no llevar hijab. (Firma la petición de Amnesty)
«Mi trabajo como abogada, que está siendo constantemente atacado en Irán, me está empujando, y esta vez también a vuestro padre, a una tormenta de injusticia y cobardía que está destruyendo a la comunidad de abogados iraníes.» Nasrin Sotoudeh (La carta completa)
«I have a dream». Esta situación no es nueva. A diario se dan casos de mujeres iraníes golpeadas y encarceladas por oponerse al uso del hijab obligatorio, mujeres que se horrorizan al comprobar que el mismo hijab por el que las maltratan y encarcelan, es celebrado en occidente. «Sueño con que todas las mujeres serán libres un día. Libres para elegir qué ponerse, cómo vivir, y qué pensar. Celebrar el hijab destruye ese sueño».
Un estudio realizado en 2017 por una organización caritativa iraní afirmó que el 32 por ciento de las mujeres en las zonas urbanas y el 63 por ciento de las mujeres en las zonas rurales habían sufrido algún tipo de violencia doméstica. De hecho la violencia machista en este país se ha incrementado en un 20%, una violencia que está normalizada incluso en programas de TV como Fórmula Uno. Donde el relato del hombre (principalmente) queda por encima al relato de la mujer, lo que ha llevado a Irán, a través de su vicepresidente de asuntos de la mujer, a cuestionar dicho programa por los riesgos de normalizar la violencia contra las mujeres y alentar a las víctimas a permanecer en relaciones abusivas. El programa transmitió una entrevista a un maltratador confeso. En ella, el hombre dijo que a pesar de dos décadas de palizas y 27 intentos de su esposa por divorciarse de él, la familia había logrado mantenerse unida. Es una realidad que bajo la ley iraní, los tribunales dan menos peso al testimonio de las mujeres que al de los hombres.
Los vientres de alquiler, según Kiarash Aramesh, Tehran University Medical Sciences, se practican en algunas instituciones médicas bien conocidas en Teherán y en otras ciudades de Irán. La mayoría de los eruditos sunitas no permiten la maternidad subrogada, sin embargo, la mayoría de los estudiosos chiítas han emitido decretos jurisprudenciales (fatwas) que la permiten para parejas legales.
Ahora viajamos a Nigeria, donde el aborto está criminalizado y solo está permitido en caso de que peligre la vida de la madre, y el índice de matrimonio infantil es de un 44%. La mayoría de las madres son muy jóvenes. En Nigeria, según el Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) que por desgracia acaba de anunciar la suspensión de la sesión programada para el último trimestre de 2019 debido a recortes de gastos y déficit presupuestal, los datos sobre las diferentes formas de violencia de género son alarmantes. Un 16% sufre violencia física y/o sexual a lo largo de toda su vida. También sufren violencia machista por parte de hombres que no son familiares, un 2%. La mutilación genital femenina según datos oficiales se practica al 18% de la población femenina. Y ocupan el puesto 118 en el ranking de brecha de género.
Con respecto a los vientres de alquiler, existe un vacío legal absoluto. No hay leyes que prohiban esta práctica, tampoco está regulado, de manera que el mercado opera solo y a un coste muy inferior a otros destinos y aunque existen compradores residentes y nacionales económicamente pudientes, Europa es el principal proveedor de cliente de este país.
En Nigeria mueren 814 mujeres por complicaciones (evitables) relacionadas con el embarazo y parto, cada 100.000 nacidos vivos según el Banco Mundial. (España 5). Para 2030, la agenda de objetivos y metas de Desarrollo Sostenible exige que los países deben reducir su tasa de mortalidad maternal a dos tercios de la de 2020. Reducir la tasa a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos. Y que ningún país tenga ratios de mortalidad materna por encima de 140 muertes por cada 100.000 nacimientos. Una mujer en África tiene 175 veces más probabilidades de morir durante el parto que una mujer en un país desarrollado que invierte en políticas de salud.
Mientras que todas estas situaciones, contrarias a los derechos humanos, que aparentemente no tienen relación suceden, ambos países tienen en común haber sido seleccionados para formar parte del Comité de Comunicación sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas, UN WOMEN, justo un día después de que el régimen de la República Islámica condenara a Nasrin Sotoudeh. Y todo ello mientras que las jóvenes del Boko Haram, torturadas y violadas por los terroristas, hoy siguen maltratadas, sin medios para subsistir, y viviendo un suplicio a manos del estado que ni castiga a culpables ni las ayuda.
«Seguimos sufriendo, no estamos casadas, y no tenemos nada que comer o beber. Además somos responsables de nuestros hijos (fruto de violaciones constantes). El gobierno debe escucharnos, y atender nuestras peticiones«.
El gobierno nigeriano lanzó una ofensiva militar para reconquistar el terreno tomado por los terroristas, a los hombres del lugar los asesinaron sin serlo, sin juicio. A ellas las encerraron en campos de concentración. Violentadas, agredidas y violadas de nuevo. «Los soldados venían y nos decían, si quieres comida tienes que tratarme bien, si nos negábamos nos violaban«. Miles han muerto de hambre, enterrados en fosas comunes. A día de hoy, según Amnesty, el gobierno no ha hecho nada, ni ha castigado a los culpables.
La comisión de la condición jurídica y social de la mujer (CSW63) celebró en Nueva York del 11 al 22 de marzo su sexagésimo tercer periodo de sesiones. Comité que juzga las quejas por violaciones de los derechos de niñas y mujeres. Una comisión orgánica del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas, un órgano mundial de formulación de políticas dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, que trabaja desde 1946 en las recomendaciones sobre la promoción de los derechos de las mujeres en los ámbitos político, económico, civil, social y educativo., supervisando y evaluando los progresos alcanzados, y contribuye al seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible encaminada a acelerar la consecución de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.
Como miembro del Grupo de Trabajo de ONU Mujeres sobre Comunicaciones, se espera que los países que forman parte de la comisión juzguen las siguientes categorías de denuncias de violaciones de los derechos de las mujeres en países de todo el mundo (Fuentes: UN Watch):
- Actitudes estereotipadas hacia el papel de la mujer.
- Violación de la libertad de expresión y reunión de las defensoras de los derechos de las mujeres.
- Muertes y torturas de mujeres bajo custodia.
- Impunidad por violaciones a los derechos humanos de las mujeres.
- Detenciones arbitrarias de mujeres.
- Muertes y torturas de mujeres bajo custodia.
- Desapariciones forzadas o secuestros de mujeres.
- Aplicación discriminatoria de los castigos en la ley basada en el sexo, incluida la pena capital y corporal.
- Violación de los derechos de las mujeres defensoras de los derechos humanos a la libertad de expresión y reunión.
- Amenazas o presiones para que las mujeres no se quejen o retiren las quejas.
- Impunidad por violaciones a los derechos humanos de las mujeres.
- Actitudes estereotipadas hacia el papel y las responsabilidades de las mujeres.
- Violencia doméstica.
- Matrimonio forzado y violación conyugal.
- Pruebas de virginidad.
- Formas contemporáneas de esclavitud, incluida la trata de mujeres y niñas.
- Acoso sexual de mujeres en el trabajo.
- Prácticas laborales desleales basadas en el sexo, incluida la remuneración desigual.
- Falta de diligencia debida por parte de los Estados para investigar, procesar y sancionar adecuadamente a los perpetradores de violencia contra las mujeres.
- Discriminación contra la mujer en virtud de las leyes de inmigración y nacionalidad.
- Violaciones de los derechos de las mujeres a poseer y heredar bienes.
- Discriminación contra la mujer en el acceso a la ayuda humanitaria internacional.
- Desalojos forzosos de mujeres en situaciones de conflicto.
Geraldine Byrne Nason, Irlanda, presidenta de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer. «No objeciones, queda decidido«.
«El empoderamiento de Irán para mantener cualquier tipo de posición simbólica como un guardián global de los derechos de las mujeres envía el peor mensaje posible sobre cómo se sienten las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres oprimidas en Irán». Hillel Neuer
Irán ocupa el puesto 142 en el índice global de la brecha de género, así como Nigeria el 133, de los 149 países evaluados. Y lleva desde 2010 cumpliendo mandatos en el grupo de trabajo. UN Watch condenó el relativismo moral de las Naciones Unidas tanto en esta ocasión como en el caso del nombramiento de Arabia saudí, puesto 121 del ranking en brecha, elegido a presidir en 2015 el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y vuelto a ser reelegido miembro en marzo 2019, y ocupa un cargo en el Consejo de Mujeres de la ONU hasta 2022.
De hecho, en marzo, Arabia Saudí fue reprendida en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, del que ya no forma parte Estados Unidos, con el voto de 36 países, (de 47) incluidos los 28 estados miembros de la Unión Europea, que firmaron el «reproche»: el primero que el reino ha enfrentado desde 2006 e instó al Reino a liberar a las activistas por los Derechos Humanos, encarceladas, tras las noticias de su tortura. La iniciativa partió de Islandia, que llegó al Consejo el año pasado, sustituyendo a EEUU (51). El fiscal de Arabia Saudí anunció que las activistas estaban siendo juzgadas, tras permanecer recluidas durante casi un año sin cargos, sin embargo no precisó detalles ni nombres. La declaración también condenó «en los términos más enérgicos» el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Lo curioso es que la razón por la que la administración Trump sacó a Estados Unidos del Consejo, fue precisamente que era demasiado hipócrita. ¿Las razones de UN Women? Como dijo ONU Mujeres en su declaración respecto a Arabia Saudí, «El interés del país en ocupar un asiento es una indicación de que quiere «jugar un papel activo en el trabajo» para promover la igualdad de género.» Un argumento que no se sostiene con los hechos.
“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”
Referencia: Imprescindible leer Explotación sexual reproductiva y el sur global: Nigeria. #BringBackOurGirls