La violación también puede arraigarse y justificarse en las culturas, precisamente por su impunidad. India no está sola cuando se trata de altas tasas de incidencia de violación. Pero muchos creen que el patriarcado y una relación sexual sesgada pueden empeorar las cosas.

Publicado en Nueva Revolución

Teresa Domínguez

El Nobel Banerjee intenta explicar que los hombres en India violan porque no tienen suficiente sexo, porque no pueden evitarlo, porque no tienen casa, por desigualdad, porque son pobres.

–¡Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte!

Minerva Mirabal

El martirio de las hermanas Mirabal no se ha olvidado, símbolo de la resistencia a las injusticias y la opresión. 25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Hace poco, la activista y escritora, Rita Banerji llamó mi atención sobre un artículo que se publicó en 2012 en The Hindustan Time, donde Abhijit Banerjee, eminente economista, de alguna manera justifica las agresiones sexuales grupales en Delhi y el incremento de tales atrocidades. Un artículo polémico que ha saltado recientemente a la luz pública por la notoriedad del autor al recibir el Premio Nobel de Economía 2019, que comparte con su esposa Esther Duflo y Michael Kremer, por su aproximación experimental al alivio de la pobreza global.

Es muy sorprendente cómo, un delito atroz y salvaje como la violación individual o en grupo, de niñas y mujeres, que sucede en cualquier lugar del planeta con independencia del status social de quien o quienes lo perpetran, y que incluso se usa como arma de guerra desde tiempos inmemoriales, se justifica por parte de ciertas voces ·»intelectuales», en pleno SXXI, con argumentos cuasi socio-biológicos.

Banerjee intenta explicar en su columna, que los hombres violan porque no tienen suficiente sexo, porque no pueden evitarlo, porque son pobres y no tienen una casa adecuada donde realizar el acto sexual adecuadamente. Para, inmediatamente después exponer, cómo los matrimonios infantiles han venido siendo una solución a esta lacra en determinadas comunidades y culturas.

«Tener esa desigualdad siendo arrojada a la cara, día tras día, por un lenguaje del cuerpo que deja poco a la imaginación, no puede ser agradable si te encuentras en el lado equivocado de esa división«. Abhijit Banerjee 

El eminente Nobel, mientras argumenta explícitamente que no está defendiendo la violación, viene a explicar las razones de la ola interminable de violaciones en India. «Pero resalta el hecho de que hay más formas de desigualdad de las que preocuparse que solo el dinero«. Para preguntarse cómo la sociedad podría reducir dicha desigualdad de acceso al sexo.

¿Suponemos que si a los hombres pobres se les dieran casas de 3-4 habitaciones donde cada persona tuviese un espacio privado para tener relaciones sexuales, entonces no violaría? ¿Los hombres ricos no violan / violan en grupo? Rita Banerji.

El Nobel de economía, en su relato, apela a la desigualdad sexual masculina, un aspecto que se analiza siempre desde la perspectiva del varón. Argumento que tiene muchas similitudes con las teorías biologicistas sobre el comportamiento del macho humano, teniendo en cuenta que la mayoría de estudios apunta a que el ser humano, tiene control sobre sus impulsos y que la presión social y la cultura tienden a tener una mayor influencia sobre el comportamiento de las personas que la genética o la biología.

Sacramento Martí, menciona en su columna «el biologismo, arma contra la mujer», el análisis de Georg Lukács de la ideología fascista y la incorporación de la biología a las ciencias sociales, «que habría de generar, a la larga, las teorías y prácticas sociales del racismo científico hasta los campos nazis de exterminio». O la teoría genética de la inteligencia, del norteamericano A. Jensen, que ha servido de soporte ideológico al movimiento contra la integración racial, escolar, en EEUU. O cómo afirma Jürgen Habermas en su análisis, «El futuro de la naturaleza humana«, sobre  los vertiginosos avances biotecnológicos para reclamar una rigurosa reflexión bioética que afronta superponiendo a su ética del discurso, una ética de la especie.

Ilustración de Javier F. Ferrero

Se trataría del biologismo en cuanto al soporte ideológico del supremacismo masculino en su intento de justificar la inferioridad de las mujeres y por otro, la inevitabilidad del comportamiento del macho/varón, que «procede de la natural agresividad masculina, que inevitablemente, sitúa al hombre en un status de dominación» y su capacidad para formar alianzas temporales con otros machos.

Banerjee asevera que no solo existe la desigualdad económica, y que no resulta «agradable» encontrarse en el lado equivocado de la división. Añade que hay más formas de desigualdad de las que preocuparse. Y se plantea qué hace la sociedad para reducir la desigualdad de acceso al sexo y por el «derecho a una vida conyugal normal». Como vemos, algunos hombres no cejan en inventarse derechos.

Según Banerjee, los hombres pobres violan en grupo porque se resienten de la privacidad y el privilegio de la libertad sexual de la clase alta, y se preguntaba la escritora: ¿Por qué los hombres con educación violan entonces, solos o en grupo? «¿Suponemos que si a los hombres pobres se les dieran casas de 3-4 habitaciones donde cada persona tuviese un espacio privado para tener relaciones sexuales, entonces no violarían? ¿Los hombres ricos no violan / violan en grupo?

El economista, Premio Nobel de economía 2019, que reside en Estados Unidos, gran defensor del uso de la teoría Nudge* en la manipulación de sistemas, analiza la pobreza urbana masculina, de la «clase media y baja», «millones de hombres» que apenas tienen para una habitación propia, ya sea en casa de la familia o su propio apartamento. Millones de jóvenes en las esquinas de las calles que no tienen más remedio que volver tarde al hogar porque no tienen un lugar dónde sentarse o dormir, hasta que todos hayan cenado y se hayan acostado. Para acto seguido preguntarse preocupado, que dónde dormirían. «Pobres hombres que miran con envidia a otros hombres que caminan con sus mujeres y novias«. Y llegar a la conclusión de que ellos también piensan en el sexo y les es imposible casarse por culpa de esa «desigualdad».

Y para reforzar sus argumentos pone de ejemplo a la casta khap panchayats, que casa a los suyos con 16 años con el fin de «resolver» el problema del «deseo» sexual (siempre masculino), es decir, para solucionar el problema de las agresiones sexuales de varones.

Los panchayats de Khap son una casta o grupo comunitario, presente principalmente en áreas rurales del norte de India que a veces actúa como cuerpo cuasi-judicial y emite castigos severos basados ​​en costumbres ancestrales. De hecho el año pasado fueron condenados con duras palabras por parte del Tribunal Superior de Justicia de India, por tomarse la ley por sus manos, con los llamados asesinatos por honor, y les instaron firmemente a proteger a las parejas de tales acciones. También son acusados de ordenar violaciones grupales correctivas.

https://twitter.com/Rita_Banerji/status/1185940836359364610?s=20

En todo su trabajo con los menos privilegiados, se pregunta la fundadora de 50MillionMissing, si Abhijit Banerjee no aprendió nada sobre las costumbres sexuales de distintas comunidades tribales en la India que son mucho más abiertas que la de los «urbanitas educados» que han de violar en grupo por «desigualdad».

La violación también puede arraigarse y justificarse en las culturas, precisamente por su impunidad. La mala noticia es que India tiene un sistema de justicia criminal caótico que es muy vulnerable a las presiones políticas y permite que muchos de los acusados ​​sean liberados. Solo uno de cada cuatro casos de violación en India termina en condena.

Legitimando la violación: India es considerado el país más peligroso para nacer mujer, por su alto riesgo de agresiones sexuales y trata, en todas sus facetas: sexual, reproductiva, doméstica… También es el país más peligroso del mundo por las tradiciones culturales que impactan a las mujeres: feminicidio, feticidio por selección de sexo, infanticidio por abandono o inanición, ataques con ácido, mutilación genital femenina, mujeres quemadas vivas por dote u honor, trata de mujeres y niñas, matrimonio infantil, agresiones sexuales, violencia de género, explotación reproductiva.

India no está sola cuando se trata de altas tasas de incidencia de violación. Pero muchos creen que el patriarcado y una relación sexual sesgada pueden empeorar las cosas. También hay apatía pública: los derechos y la seguridad de las mujeres nunca se convierten en problemas electorales. También muchos hundúes se niegan a creer que la violencia sexual es un problema grave y la mayoría de los partidos políticos, incluido el BJP de Modi, no parecen reconocerlo y tratarlo como la crisis social paralizante que es.

«Lo que se quiere exhibir como potencia es precisamente impotencia«.

Rita Segato

Pero esta grave lacra no se circunscribe solo en India. En 2012, se publicó la siguiente pregunta en Reddit: «¿Hay algún redditor del otro lado de la historia? ¿Cuáles fueron tus motivaciones? ¿Te arrepientes?


En cuestión de días, se publicaron numerosas respuestas, incluidas publicaciones anónimas de autores de agresión sexual. Al darse cuenta de la importancia del hilo, un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Georgia (Estados Unidos) lo descargó y realizó un estudio temático de las respuestas recopiladas. 

De las más de 12,000 respuestas recolectadas, la investigadora principal Tracy N. Hipp y sus colegas, seleccionaron 68 relatos en primera persona por parte de perpetradores sexuales para examinarlos más a fondo. Sus resultados, que se publicaron recientemente en la revista Psychology of Violence, les permitieron identificar temas específicos en las diversas justificaciones dadas. Estos temas incluyen:

  • Guiones sexuales que regulan el comportamiento: el 37% de los encuestados justificaron la agresión sexual con razones como «cuando una mujer dice que no, realmente quiere decir que sí”.
  • Culpar a la víctima: el 29% culpó a su víctima por beber demasiado, porque no dijo «no» lo suficientemente fuerte o no se resistió físicamente a sus avances. También por coquetear con ellos o por su historial sexual anterior (incluso con el autor).
  • Sexismo hostil: el 24% de los agresores sexuales tienen opiniones extremadamente negativas sobre las mujeres y, expresan su indignación sobre cómo han sido tratados en el pasado.
  • Esencialismo biológico: el 18% recurre a la excusa persistente de que no son personalmente responsables de sus acciones debido a su «biología masculina» que los hace querer sexo. «Mis hormonas se estaban volviendo locas» y por supuesto, las mujeres tenían la responsabilidad exclusiva de evitar que ocurriera la violación.
  • Objetivación: el 18% de las cuentas cosificaban a las chicas, por su físico, como si fueran juguetes sexuales. Un perpetrador incluso dijo que «ya no era una persona, solo un camino, una herramienta, un medio para un fin”.
  • Sociosexualidad: para otro 18% la violación era la satisfacción de sumar trofeos, una forma de tener la mayor cantidad posible de parejas sexuales. Se describían a sí mismos como aburridos por el «sexo vainilla», de ahí la necesidad de usar la fuerza. Incluso describían cómo educaría a su propia hija sobre cómo evitar ser violada.

Una banalización de los delitos sexuales en distintos grados que no solo se circunscribe en países como La India o Estados Unidos. En España, desde «La Manada» de los San Fermines en 2016, se han dado 135 casos de violaciones grupales, 43 solo en 2019. Rita Segato dice que hay que demostrar a los hombres que expresar la potencia a través de la violencia es una señal de debilidad. Que lo que se quiere exhibir como potencia es precisamente impotencia.

En general, es una necesidad imperiosa de controlar a sus víctimas convirtiéndolas en objetos sexuales en lugar de seres humanos. También demuestran las inquietantes normas y valores culturales que a menudo se usan para perpetuar la violencia contra las mujeres. Ciertamente, la hostilidad hacia las mujeres, junto con un desprecio total por sus sentimientos, una realidad que se manifiesta y es mucho más común de lo que la mayoría de las personas preferiría creer.

A igual que tantos analistas y expertos, coincidimos en que hay mucho por hacer para revertir esas creencias erróneas que a menudo se usan para justificar la violación y la violencia machista, incluso los estereotipos patriarcales en otras esferas. Y esto solo puede pasar por una férrea voluntad de cambiar los paradigmas más básicos educativos, sin prejuicios.

De nada sirve el castigo, si no educamos a nuestros hijos e hijas en estos temas. La llamada coeducación consiste en desarrollar todas las capacidades, tanto de niñas como de niños, a través de la educación, que supongan eliminar estereotipos o ideas preconcebidas sobre las características que deben tener o cómo han de comportarse, tanto de niños, como de adultos. Coeducar implica respeto y tolerancia, por lo que es una garantía para la prevención de la violencia.

No le tengamos miedo a la coeducación.

Teresa Domínguez
“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

Ref: Justifying sexual assault: Anonymous perpetrators speak out online. Hipp, Tracy N.; Bellis, Alexandra L.; Goodnight, Bradley L.; Brennan, Carolyn L.; Swartout, Kevin M.; Cook, Sarah L.  Psychology of Violence, Vol 7(1), Jan 2017, 82-90. Romeo Vitelli Ph.D.

*Teoría Nudge: «Hablamos de una estrategia de intervención dirigida a orientar inercialmente las decisiones de las personas en la línea considerada correcta por el poder público, sin recurrir a la coacción ni a los incentivos económicos. Pretende encauzar los comportamientos hacia el logro de determinados objetivos, sin forzar la libertad ni la autonomía de las personas, ni de las instituciones.» Qué es el nudge público. Victor Almonacid.