Ya son varias las «cartas desde Gaza«, que he publicado en distintos medios, y que están aquí reunidas en letraescarlata. En esta ocasión escribo en nombre de una mujer. Ella es Fayza Muhammad Al-Abd Samaan. Una mujer gazatí, una madre de familia, otra más que está viviendo el horror del genocidio perpetrado por Israel.
Fayza tiene 62 años, es madre de 11 hijos e hijas. Con más de sesenta años a sus espaldas ha sido testigo de todas las guerras que tuvieron lugar en la Franja de Gaza, todas, testigo impotente, como otras muchas familias de la mayor injusticia y guerra genocida que haya ocurrido en la historia, incluida la última de 7 de octubre de 2023.
En la llamada cuarta guerra de Israel contra Gaza, en 2021, la casa de uno de sus hijos fue bombardeada, sobrevivieron él y su familia de puro milagro. Al igual que se derrumbó por bombardeos el edificio cerca del que era su propio hogar.
Hace relativamente poco tiempo consiguió viajar a Suecia, dónde obtuvo la residencia y para su desgracia, cuando regresaba a Gaza para asistir a la boda de uno de sus hijos, no sabía que algo tan terrible le esperaba.
La última guerra israelí, el genocidio de decenas de miles de civiles, incluyendo a ancianos, a hombres, mujeres y niños, asesinados con todos sus estándares militares, que incluyó ataques a infraestructuras no solo militares, sino a los hogares de civiles, ataques contra los mismos civiles indefensos que obligaron al desplazamiento de los que quedaban en sus hogares sin destruir desde el norte hacia el sur de Gaza.
Esta es la imagen de la casa de Hayza, la casa de Ashraf Mohamed Samaan,
En la última guerra de Israel contra Gaza, en octubre de 2023.
«De entre los escombros de nuestra casa que fue destruida por la ocupación israelí en Gaza, el momento en que te das cuenta que no queda nada para ti en tu tierra. Tu casa .. Tu futuro… Tus sueños… Tus ambiciones… Todos asesinados por la ocupación.»
El ejército israelí les ordenó evacuar sus casas. A toda prisa, sin tiempo a nada, dejando atrás toda una vida entre paredes de ladrillos, unas enteras, otras destruidas. Después de que la casa fuera demolida y se quedaran sin hogar, se mudó con su familia del norte de la Franja de Gaza al sur y actualmente vive en una tienda de campaña. Marcharon con sus recuerdos, sus pocas pertenencias, sus heridos, dejando atrás a sus muertos y a sus familiares perdidos.
Mientras escapaba del bombardeo, sufrió una caída y se fracturó el pie. Los médicos de Gaza le realizaron una cirugía compleja en condiciones difíciles y bajo bombardeos. Le colocaron una placa de hierro para que el hueso sanara. Pero no hubo tiempo material, no sanó adecuadamente, también la rodilla quedó dañada.
Después de que el ejército israelí demoliera su casa, fue desplazada del norte de Gaza al sur de Gaza y trasladada a la zona de Khan Yunis. Tras la segunda fase de la guerra, que Israel inició con su entrada terrestre en dicha zona, la tristeza, el miedo y la tensión se renovaron después de que el ejército israelí exigiera la evacuación de Khan Yunis, dado que era una zona de combate, y el desplazamiento a la zona de Rafah.
Durante el desplazamiento, a causa de las prisas por escapar de la zona con su familia, Fayza cayó sobre su pie y se rompió la placa de hierro. Ahora, cuando ya han huido 88.000 mil gazatíes de los campos de refugiados, vive en una tienda de campaña en la ciudad de Rafah, en condiciones muy difíciles y una vida primitiva, con falta de atención médica necesaria, con falta de agua y alimentos y sufriendo fuertes dolores en el pie y en la rodilla que tiene inflamados.
Rafah es una ciudad de la Franja de Gaza, aneja a la frontera egipcia. Es la capital de distrito de la Gobernación de Rafah, ubicada a 30 km al sur de la ciudad de Gaza. En Rafah, más de un millón de personas se están refugiando sin ningún otro lugar a donde ir. El ejército israelí dijo este martes que tomó el control operativo del lado palestino del cruce de Rafah, que está en la frontera con Egipto. Este es el único cruce que une la Franja de Gaza con un territorio que no pertenece a Israel. Y ya son decenas de muertos, entre ellos tres niños, los que se suman en este lugar y el norte de la Franja tras los bombardeos israelíes.
Dicen que aún se trata de una operación muy limitada, contra la que han advertido las potencias mundiales debido a las consecuencias humanitarias en una ciudad repleta de palestinos que huyeron de los combates en otras partes de Gaza. Sin embargo, la decisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, «de invadir Rafah» indica que tanto él como el ejército israelí,
«han tomado la decisión de dejar a los gazatíes morir sin opciones en nombre de su «defensa» y su «independencia»
mientras solo se oyen ciertos pequeños lamentos a nivel internacional, contra el genocidio de los más de 34.900 muertos palestinos desde el 7 de octubre de 2023.
Mientras tanto, Fayza no puede moverse, malvive en su tienda de campaña junto a parte de su familia, algunos hijos, entre ellos Ashraf Mohamed Samaan, que ustedes ya conocen por sus cartas desde Gaza, esta fue la última, y algún nieto. Es dramático.
Ahora su madre necesita urgentemente una cirugía urgente, un reemplazo de articulación, y en Gaza no hay posibilidades. Faya necesita volver a poder viajar y recibir tratamiento y espera que buenas personas la ayuden y la apoyen.