Los tejados de París han inspirado siempre a cineastas y escritores. Mezcla de pizarra y zinc, único en el mundo gracias al diseño del barón Haussmann, en el SXIX, más del 70 por ciento está recubierto de zinc, un océano de estructuras que ofrecen una imagen poética de la ciudad.
Cualquiera que haya tenido la oportunidad de subir a ellos, o vivir en esas famosísimas buhardillas con acceso a los tejados, puede apreciar la magia que desprenden y comprender la iniciativa de Delphine Bürkli, que precisamente representa el barrio dónde viví, el 9e arrondissement de Paris, de poner en valor un patrimonio desconocido.
Hablar de tejados de París me empuja a hablar de mi infancia y recordar los deliciosos momentos que pasaba en la soledad y compañía de libros sin los que la vida habría sido mucho más triste y difícil sin duda.
Recuerdo que apenas tenía ocho años cuando nos fuimos a vivir a un lugar diminuto, una habitación en un sexto piso, escaleras infinitas arriba.
Allí cada noche me asomaba por la pequeña ventana que se abría directamente al tejado, desde un muro inclinado. Debajo de aquella ventana estaba el viejo tocadiscos. Adoraba poner música, o escuchar la radio. Especialmente cuando mi madre salía a trabajar y me tenía que dejar sola.
A veces conversaba con la locutora de turno, simulando estar acompañada, venciendo los miedos. Al caer la noche apagaba la luz y me quedaba rato mirando el skyline de la ciudad, mientras esperaba a que ella llegase cansada del trabajo, preguntándome como sería la vida en cada uno de aquellos puntos iluminados.
Si estarían tan solas como yo.
Arnaud Fitch
Los tejados de París por @JRart
Arsène Lupin, Fantomas, Odette Joyeux y esas bailarinas en los tejados de la Ópera de París, en su libro «La porte interdite» venían a darme esos sueños que de otra manera no podía alcanzar.
George Chaulet, inspirador de una de mis heroínas de infancia, Fantômette, saltando por esos tejados, salvando el mundo de la maldad. René Char, Truffaut, Van Gogh, Caillebote, Hiner Saleem o las maravillosas fotografías de Alain Cornu Sur les toits de Paris se han inspirado en los tejados para dejar preciosas joyas en forma de literatura, fotografía, cine, música, pintura…
Alain Cornu
Una de las mejores descripciones poéticas de la vida que habita en los tejados de París se pronuncia en la película «Amor sin piedad» (1989) de Eric Rochant. Su Hippo (Hippolyte Girardot):
«Cuando los monumentos se apagan, hay personas que suben a los tejados y celebran fiestas. Esperan sobre la alfombra bajo la claraboya en el ático, y cuando cae la noche en París, cuando el Panteón, el Sacré-Coeur, la Tour-Eiffel se apagan, salen poco a poco y en silencio invadiendo tejados y balcones. Suben escaleras, se cuelgan a los pararrayos y antenas, se deslizan a lo largo de las tiras de pizarra, corren por las cornisas, y saltan a horcajadas sobre los carriles. Detrás de las chimeneas, se besan, y cuando hace bueno, hacen el amor en las terrazas.»
El proyecto de Delphine Bürkli fue presentado en el Consejo de París, aprobado y posteriormente se constituyó en archivo para su inscripción en Patrimonio de la UNESCO. Además Anne Hidalgo, alcaldesa de París, también propuso establecer áreas verdes en los techos planos. Este proyecto, de 314 hectáreas de terrazas en los tejados debería ver la luz en los próximos años. El procedimiento con la Unesco también durará varios años.
Quizá ese universo en las alturas alcance ser patrimonio de la UNESCO. Mientras seguirá siendo un precioso balcón a mi infancia.
“Luego me levantaba y contemplaba fuera los tejados de Paris y pensaba, “No te preocupes. Has escrito algo antes y ahora escribirás de nuevo. Sólo tienes que escribir una frase de verdad. Escribe la frase más cierta que sepas”. Hemingway
“Le métro de Paris, gigantesque ver luisant, sur les toits de Paris, a tissé des fils d’argent.”
