Publicado en Nueva Revolución el 20 de enero de 2024
Los enfrentamientos se sitúan tanto en el plano institucional como los medios de comunicación hasta que se promulgó la Ley Veil el 17 de enero de 1975 en Francia. Hicieron falta 343 mujeres valientes y un manifiesto. «Yo he abortado». Los hombres enaltecidos, agresivos, se enfrentaban a ellas. «No me dais miedo, no sois más que nazis con pies pequeños». Mientras tanto, en 2024 en España, el 44% de los hombres dice en una encuesta del CIS que se sienten discriminados.
“Salle des discours”, Sala de Discursos, La Fábrica de la Historia: Simone Veil presenta el 17 de enero de 1975 su Proyecto de Ley de aborto. Todo un hito. Pero tiene su historia que merece conocerse, especialmente después de publicarse los resultados de la nueva encuesta del CIS en la que parece ser que los hombres se sienten «discriminados» en un 44%, en su percepción de la igualdad, porque todos los derechos que conseguimos las mujeres son a base de lucha, y como bien declaró su compañera y amiga, la teórica y militante feminista Simone de Beauvoir, cuyos discursos tanto se han tergiversado:
“No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.
El Acto vandálico
El 17 de diciembre de 2019, el busto de la feminista, y superviviente del holocausto, primera Presidenta del Parlamento Europeo e impulsora en Francia de la ley del aborto, amaneció vandalizado en el centro de La Roche-sur-Yon en Francia. La escultura había sido inaugurada una semana antes. Un homenaje a una mujer que falleció en 2017, y cuyas cenizas reposan en el Panthéon. De las pocas mujeres que han merecido en la historia descansar en tan insigne lugar. Se ve que nos odian hagamos lo que hagamos.
El Alcalde de la ciudad lo calificaba como odio en su estado más primitivo y desbordamiento de cobardía. La Prefectura de Policía condenó el acto con estas palabras: «con la mayor firmeza este acto vandálico, inaceptable para la memoria de Simone Veil y los valores que encarnaba».
Las 343 “putas” que recurrieron al aborto.
«Un millón de mujeres abortan cada año en Francia. Lo hacen en condiciones peligrosas debido a la clandestinidad a la que son condenadas, mientras que esta operación, realizada bajo supervisión médica, es muy simple. Callamos acerca de estos millones de mujeres. Declaro que soy una de ellas. Declaro haber abortado. Del mismo modo que pido acceso gratuito a la anticoncepción, exigimos aborto gratuito.» El Manifiesto de 343
«No me dais miedo, he sobrevivido a cosas más terribles que vosotros, no sois más que nazis con pies pequeños«. Simone Veil
El 5 de abril de 1971, fueron 343 mujeres las que firmaron públicamente un manifiesto en Le Nouvel Observateur y declararon públicamente que habían recurrido al aborto y reclamaron el derecho a disponer de sus cuerpos. Este gesto público fue el que sentó las bases de la ley Veil para la legalización del aborto en Francia cuatro años después. Las 343 mujeres que firmaron el manifiesto y reconocieron públicamente que habían recurrido al #Aborto eran mujeres todas ellas reconocidas, famosas por alguna razón. Un gesto mediático, que cayó como un trueno en la opinión pública. Y contó con la ayuda de Simone de Beauvoir, Anne Zelensky y Christine Delphy.
Tenían que buscar formas de escándalo, cuentan las propias protagonistas, con el fin de que fueran tomadas en cuenta por la prensa. En el fondo lo que era insoportable era la hipocresía general que dominaba la sociedad. Si el aborto en ese momento era ilegal en Francia, la realidad, como en tantos países, era que muchas mujeres se iban al extranjero: a Inglaterra, a Suiza y los Países Bajos en particular. Y muchas de esas mujeres, por falta de medios, recurrían a la clandestinidad en pésimas condiciones y riesgos para su salud. Cuántas perdieron la vida en ello. De hecho, esa hipocresía se reflejaba en que todos lo sabían, cuando Simone Veil se reunía con Parlamentarios y Senadores, siempre terminaban hablando de algún caso de la familia que había encontrado «la solución» en el extranjero.
Rue, Le Pic. En la imagen de la izquierda, un momento de la visita programada a París, en que Simone Veil se enfrenta a la horda de hombres enaltecidos, que la insultaron con todo tipo de calificativos e insultos machistas. Eno de los tres actos programados más violentos. Tuvo una dura campaña. Tenía por delante dos debates más, apenas pudo hablar ni de Europa, ni menos aún de los derechos de las mujeres, pues solo era perturbada por comandos de la extrema derecha, con Juan Marie Le Pen a la cabeza, que boicotearon el discurso en nombre de la libertad de expresión. Veil hubo de suspender su tercer encuentro en París.
Por el salón volaron además de exabruptos; aspavientos, golpes, puñetazos, sillas y bombas de humo. Se puede ver en el vídeo a continuación, incluso a un joven de extrema derecha Le Pen. La policía tuvo que intervenir, con el fin de abortar, nunca mejor dicho, el escándalo que los energúmenos del Frente Nacional, montaron frente al discurso de la «puta» feminista, y sus «putas» acompañantes, que desde la tribuna les gritó: «No me dais miedo, he sobrevivido a cosas más terribles que vosotros, no sois más que nazis con pies pequeños«. Simone Veil.
La perpetuación de la hazaña de las «las 343 putas”
En una publicación de Charlie Hebdo, una caricatura del conocido dibujante Cabu, titulaba de manera provocativa: “¿Quién ha embarazado a las 343 putas del manifiesto sobre el aborto?” El personaje de Michel Debré, Ministro, respondia: “¡Fue por Francia!” . Como símbolo del machismo ambiental.
1972: el juicio de Bobigny
Christine Delphy enfatizó la importancia de reunir a mujeres reconocidas para que firmaran el “Manifiesto de 343 mujeres» cuya reputación complicó al tribunal atacarlas. Por el hecho de ser famosas. Sin embargo sí se enjuició a Marie-Claire Chevalier, que tan solo tenía 16 años. Un juicio a Catherine Deneuve o Delphine Seyrig no era concebible, sin embargo, llevar ante un tribunal a una niña de 16 años en 1972, sí fue posible, una adolescente que había abortado tras haber sido violada por sus compañeros.
La abogada Gisèle Halimi defiendió a la joven. Y en el banco de acusados estaban también: su madre, la mujer que la ayudó a abortar, y otras dos mujeres, acusadas de complicidad. Las feministas del movimiento «Elegir» se organizaron para defender a la chica, mientras reclamaban una nueva ley de aborto.
Cuando prepararon el juicio de Bobigny, la abogada Gisèle Halimi, con la actriz Delphine Seyrig, junto a Anne Zelensky, Simone de Beauvoir, y otras compañeras, lo hicieron también en el sentido de la cobertura de medios. Los autobuses que pudiesen llegar de apoyo. Quienes serían los testigos. Fue todo un acontecimiento mediático. La adolescente finalmente fue liberada, sin embargo su madre fue sentenciada a una multa de 500 francos. Aunque se considera que fue un juicio que marcó un paso esencial en Francia en el camino hacia la despenalización del aborto.
El Manifiesto de los 331 médicos
Seguía pasando el tiempo, las negociaciones, y el 5 de febrero de 1973, 331 médicos también se unieron a la causa de estas mujeres, firmando otro manifiesto publicado en Le Nouvel Observateur y Le Monde. En este caso, firmaron un documento en el que ellos se «acusaban» de haber practicado abortos ilegales, en un acto de desobediencia en Francia.
En el Manifiesto, los médicos se declaran favorables a la libertad de cada mujer de interrumpir el embarazo y solicitan que se modifique la ley de 1920 y que el aborto, que en 1973 era ilegal y clandestino, se convirtiera en un procedimiento médico legal y reembolsado por la seguridad social. En el podio, junto a Joelle Brunerie, un biólogo declaró: «No queremos imponer nuestra opinión a todo el mundo. Estar a favor de la libertad de aborto significa que cada uno debe poder decidir según sus convicciones, según su situación». Otros firmantes, como el Dr René FRYDMAN, obstetra afirmaron estar: «A favor del aborto libre y controlado, médicamente por supuesto. Porque si creamos una comisión, lo único que hacemos es perpetuar la clandestinidad de otros abortos (…)«.
Hace solo 49 años, el 17 de enero de 1975 Simone Veil consigue presentar el proyecto de ley del aborto.
Igual comprendieron que los hombres pueden desempeñar un papel importante en el feminismo, eso sí, entendieron que su lugar no era ni el de la queja, ni el de la colonización de los derechos y espacios de las mujeres, sino, el desafío a leyes sexistas, el desafío a otros hombres por su sexismo, el desafío a la misoginia al denunciarlo, el apoyo a las víctimas y/o a dar testimonio de ellas, y el apoyo a las leyes que favorecen la igualdad y la eliminación de cualquier forma de discriminación de las mujeres. A esos, sí los quiero a mi lado.
En cuanto a los pobres discriminados de España, y del mundo, qué les voy a contar, que no sepan. Que son muy mayorcitos ya para pasarse la vida llorando, unos por ignorancia y otros por maximizar privilegios. Que ya se sabe que cuesta soltarlos. Y muchas estamos ya muy cansadas de hacer pedagogía. A esos. Ni agua.
Teresa Domínguez
«No seré una mujer libre mientras haya otras mujeres sometidas». A. Lorde.
Algunas imágenes históricas