Soy su voz. IES Yaiza
«Yo estoy roto desde hace mucho tiempo. Y si este proyecto continúa es porque siento que puedo hacer algo por la gente que sufre.» Alberto Hugo Rojas.
«Es imposible asimilar lo que se ve en esos lugares y luego comprobar, como solo se habla de política y estrategias» dijo Alberto Hugo Rojas, al acudir a la importante Conferencia de Bruselas en el Parlamento Europeo, bajo el nombre “Vislumbrando el fin de la guerra en Siria”, organizada por The Syrian Peace Process Support Group, a la que fue invitado por su proyecto “Paz En Construcción”.
Refugiados sin refugio.
La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, promulgada en 2007, garantiza el derecho de asilo. Según el último informe de 2013 de la Comisión española de ayuda al refugiado, hay 51,2 millones de personas que viven fuera de sus hogares a causa guerras y de violaciones de los Derechos Humanos. Hoy deben ser muchos más.
En estos días estamos leyendo que hay muchas personas que justifican la detención del barco de Proactiva Open Arms, que solo se dedica a salvar vidas en el Mediterráneo, porque «promueven el tráfico de personas ilegales”. Como si lo normal fuese dejarlos morir. Desde 2014, 15.800 personas han muerto o desaparecido solo en las aguas del Mediterráneo, huyendo de conflictos o de la pobreza.
Mediterráneo: La gran fosa común
La realidad es que la Unión Europea exportó armamento a 13 países con conflictos armados en 2015, y que está restringiendo la ayuda humanitaria. De hecho, España comprará nuevas armas por valor de 10.000 millones que acabarán en los países de origen de esos mismos solicitantes de asilo. Y la ministra Cospedal justificó hace pocos días el incremento del gasto en Defensa en detrimento de las pensiones porque: «No nace el dinero de los árboles”. Esta es la historia interminable, se fomentan conflictos, se arruinan las economías de esos mismos países, se roban sus recursos naturales y esto provoca migraciones masivas precisamente hacia los países responsables de sus desgracias, y estos no quieren saber nada de ellos. Hay que tener muy pocos escrúpulos y mucho cinismo.
22.419 personas han llegado por mar a España en 2017, el triple que en 2016 y casi 250 personas han muerto o desaparecido. Y esto seguirá siendo así, porque conforme se cierra la ruta centroeuropea, va a seguir creciendo la mediterránea. CEAR En su informe «Los muros invisibles tras la frontera sur» expone la situación y exige al Gobierno que elabore un plan urgente de acción estatal. No se puede seguir poniendo parches a esta terrible realidad. Los migrantes que viajan por Libia para llegar a la Unión Europea son víctima de redes de trata, las mujeres son violadas, torturadas, golpeadas, los niños también y cada vez más migrantes africanos están siendo puestos a la venta en «mercados de esclavos», antes de exigir un rescate o utilizarlos para trabajos forzados o explotación sexual. Y como sabemos la UE paga a este país como a Turquía por el control migratorio. En Turquía de los 3 millones de refugiados sirios, 1.300.000 son menores de 18 años. De hecho, en mayo de 2017 Turquía abrió un complejo gigante para albergar a más de 1.000 niños sirios huérfanos. Y el tráfico de órganos es una absoluta realidad.
It's 2017. African migrants passing through #Libya on way to Europe are bought & sold in modern-day slave markets https://t.co/7UqoDM24Sr
— Jenan Moussa (@jenanmoussa) April 13, 2017
Paz en Construcción
«Los niños tienen que crecer de la mano de los derechos humanos. Esos son los verdaderos valores.» Alberto Hugo Rojas
Y ante esta realidad: Paz En Construcción, surge como un faro de esperanza. «Porque ustedes son el presente y les estamos destrozando el futuro, ustedes están aquí para exigir que cumplamos los tratados que firmamos los adultos«. Este es el mensaje que Alberto Hugo Rojas quiere que comprenda el alumnado a quien va dirigido su trabajo. Un proyecto que nace de la inquietud del reportero gráfico de Lanzarote, en torno a la infancia, la figura de la mujer, la educación, la sanidad y el trabajo de las ONGs, en zonas en conflicto.
“Palestina-Israel: dos pueblos condenados a entenderse” que se inició en el 2001; en 2008 se creó “Iraq: los gritos del silencio”, en 2012 “La pacificación de Río”. Un proyecto que crece y se adapta con nuevos trabajos cada año. Así ha ocurrido con el realizado durante la operación israelí: “Margen Protector” en Gaza en 2014; dónde Alberto vio de primera mano muchos niños sufrir y morir y vio como cientos de madres vivieron un dolor insoportable viendo a sus hijos perder la vida. Crímenes sin investigar y sin juzgar, sobre la situación en Siria e Iraq en 2015; de nuevo en 2016, sobre Palestina e Israel y la situación de los refugiados en Jordania y, de forma continuada en los últimos años hasta nuestros días, sobre la crisis migratoria y de refugiados en Calais (Francia), Grecia y otras zonas. Desde el mes de octubre Alberto Hugo Rojas ha estado en ruta por distintos lugares de Europa; Francia, Bélgica, Serbia y finalmente en Grecia, de donde acaba de llegar con el nuevo material de trabajo para el alumnado, sobre la situación de los refugiados, familias y muchos menores de edad no acompañados, migrantes que están bloqueados en las fronteras o vagan solos buscando refugio en su huida. También refleja el trabajo de las personas que ayudan, como ejemplo de humanidad y solidaridad para todos.
Empezaron siendo charlas sobre sus experiencias en zonas de conflicto, con reflexiones sobre su trabajo fotográfico. Pero es preciso destacar la adaptación que se hizo del proyecto con la coordinación hace cuatro años de la Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias partiendo de tres realidades: «El grito en silencio de las mujeres en guerra» «La infancia a pie de guerra» y «Más allá de los muros del conflicto«. Con este material, los estudiantes desarrollan, durante todo el curso escolar, investigaciones y un trabajo que se cierra con una charla-coloquio final, en la que como foto-reportero de guerra, Alberto Hugo Rojas, contextualiza cada una de las fotografías. Y que en las aulas se piense “¿Qué puedo hacer yo desde donde estoy, para cambiar las cosas?”. Para hablar de Derechos Humanos, de superación, para acabar con los prejuicios.
Entre todos construimos la paz. IES Ingenio
«Recuperar los Derechos Humanos es un reto para todos este nuevo año, pues están muertos y enterrados en Europa, lo veo en cada paso y lo siento en la desesperación de los refugiados, sufriendo un verdadero infierno”.
No con cierta emoción Albertos cuenta que es un proyecto que da a conocer la vida de las gentes y las historias de superación detrás de un conflicto armado. Visibilizar el trabajo humanitario, esas personas que lo dan todo, que son un verdadero ejemplo a seguir. Por otro lado, se muestra el trabajo que realizan los medios de comunicación mundiales y el difícil y peligroso trabajo de un reportero de guerra, así como el buen uso de las redes sociales como una herramienta que puede ser usada como arma para transformar la sociedad.
«Impacta ver tantos niños y mujeres calados hasta los huesos y tiritando de frío con la mirada perdida.»
Un trabajo fotográfico que nunca muestra ni muertos ni heridos. Fotos que reflejan situaciones de vida para gente que sonríe pese a lo mal que lo está pasando. Un mensaje de empatía y de esperanza, de que no todo está perdido, «que consolide en el alumnado el aprendizaje de valores sobre los que se asientan los principios de igualdad entre las personas y de paz entre los pueblos dando importancia a valores como la solidaridad, la igualdad o la equidad, con los Derechos Humanos como base para la convivencia.»
«A un niño que desapareciera en tu ciudad lo buscarían sin parar, a 10.000 niños refugiados desaparecidos en Europa, no.»
Este año es la 4ª convocatoria de Paz en construcción y está dirigida a 42 centros educativos de primaria y secundaria, de Canarias, aunque está abierta a toda la comunidad educativa interesada en la península. En el curso 2016-17, fueron casi 7.800 los alumnos que participaron activamente mediante el conocimiento de experiencias vitales de personas que se encuentran inmersas o muy próximas a zonas de guerra o conflictivas. Que favorecieron el desarrollo de un pensamiento reflexivo y crítico sobre el origen de los conflictos, que empatizaron con las vicisitudes a las que tienen que enfrentarse las maestras y los alumnos de estos países cada vez que van a la escuela.
El grito en silencio de las mujeres
«La lucha de las mujeres, tiene que ser global para que triunfe, de todas por todas, pero con el apoyo de todos.»
El proyecto se divide en tres bloques, explica Alberto Hugo Rojas, el primero es «El grito de las mujeres»: Profesoras muestran su identificación para poder cruzar un control militar en la salida del colegio. Es Hebrón. Palestina cada día soportando cierre de controles, espera de horas y acoso por parte de los soldados, pero a pesar de todo lo que tienen que aguantar para realizar su trabajo nunca desisten, pues de ellas depende que centenares de niños y niñas reciban educación.
«Madres en campos de refugiados, cargan agua cada día y son capaces de lo imposible por proteger a sus hijas e hijos»
Alberto cuenta que en Grecia, en la Isla de Quíos, las madres intentan calmar a sus hijos mojados tras ser rescatados del Mar Egeo en una peligrosa travesía desde Turquía. Las mujeres refugiadas son un verdadero ejemplo de coraje; hacen cola para comida, ropa o medicina, sufriendo junto a sus hijos, familia o solas las terribles condiciones en las que viven en los campos de refugiados de Europa. El drama de las mujeres migrantes es prácticamente invisible, expuestas en las rutas a abusos sexuales, explotación y muerte. Sin embargo, la realidad en los campos de refugiados, ya en Europa, no es mucho mejor. Un ejemplo de ello es el de Moria, lugar del que acaba de llegar, con casos de violaciones y abusos que causan temor cada noche hasta el punto de no ir al baño o esconder que pasan por el periodo, con el riesgo de padecer enfermedades ginecológicas. La violencia de género en las mujeres migrantes o refugiadas es una realidad diaria que no ocupa titulares y que, además, la sufren miles de mujeres en Europa y millones en los países en guerra o en las rutas de huida en busca de un futuro mejor. En Grecia viven muchos niños refugiados y especialmente los menores de edad no acompañados, un total de 3.300, se contabilizaban hasta diciembre de 2017, siempre cifras aproximadas. Unos 1.800 no están registrados, ya que estos adolescentes temen registrarse en la Policía para solicitar asilo y que éste les sea denegado y acaben detenidos en cárceles o deportados a sus países de origen, de modo que prefieren no registrarse en espera de una oportunidad para continuar de forma ilegal su viaje, expuestos a los peligros de las calles, los radicalismos, las mafias y pederastias. En toda Europa son más de 100.000 los menores solos y es importante recordar que hay 10.000 niños refugiados desaparecidos en Europa, según datos de la Europol publicados en enero de 2016.
«¿Dejarías tu vida a los 18 años para luchar contra el Daesh y por tus derechos? En Siria, Rojava miles de jóvenes sí. En homenaje a las valientes mujeres Kurdas y Yazidíes esclavas del Daesh.»
Kurdish heroine Asia Ramazan Antar dies fighting Isis https://t.co/4gLiZYf2rR @thetimes Foto: @albertohrojas pic.twitter.com/d2GW5MRoAB
— Alberto Hugo Rojas (@albertohrojas) September 20, 2016
«La educación es la gran víctima en las guerras cuando es la solución a los conflictos.»
Alberto hace hincapié en los niños como víctimas de los conflictos. «Millones de niños desplazados por las guerras y las políticas de las «democracias» en sus países, siguen esperando una ayuda digna como refugiados y que se cumplan los tratados, pues su situación es culpa de malos gobernantes». En Grecia los voluntarios trabajan duro muchas horas diarias. Nada sería posible sin las importantes aportaciones de los donantes anónimos, afirma, destinadas íntegramente para comprar alimentos y material de cocina, pues los cocineros y voluntarios no cobran nada. De 18 escuelas, 7 son escombros; de 20.000 alumnos y alumnas, solo hay espacio para 13.000 y, además, falta profesorado.
Más allá de los muros del conflicto
El foto-reportero de guerra intenta hacer entender al alumnado que dar refugio no es que vivan como encarcelados sin derechos. Les enseña que la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948 protege la vida y los derechos de las personas. Además, los niños tienen una protección mayor con la Declaración Universal de los Derechos del Niño, aprobada el 20 de noviembre de 1959. Estas declaraciones aprobadas por los países que componen las Naciones Unidas, son totalmente violadas por los mismos estados firmantes con cada nueva guerra o crisis humanitaria afirma Alberto Hugo Rojas. Cuenta de primera mano, que están aumentando las auto-lesiones en niños de tan solo nueve años. Son sus madres quienes, al bañarlos, encuentran heridas en las manos de sus hijos. Niños de tan solo 12 años han intentado suicidarse porque han visto a otros hacer lo mismo. También se ha registrado un aumento en los casos de drogadicción y alcoholismo entre adolescentes que viven en campos de refugiados y que intentan escapar así de su dolorosa realidad, una vulnerabilidad que los traficantes están explotando. Asimismo, se les ha negado la educación y han perdido todas sus posesiones.
«Ser refugiado no es un juego de niños, pero millones de niños en el mundo son refugiados y miles están en Europa. Existe un alarmante deterioro en la salud mental de los niños y se teme que una generación de jóvenes esté desarrollando trastornos a largo plazo como depresión, ansiedad por separación, ansiedad excesiva y estrés postraumático, también asociado a enfermedades físicas como la diabetes o enfermedades cardíacas. Si las condiciones no cambian, acabaremos con una generación de niños insensibilizados que piensan que la violencia es lo normal.»
Como coordinador de «Paz En Construcción”, Alberto Hugo Rojas fue invitado al 99 Aniversario del Armisticio de 1918 en la Ville de Caen en Normandia Francia. «Todas las atrocidades de esta guerra tendrían que haber sido suficiente ejemplo para que no sucediera ninguna otra guerra más, pero la historia nos enseña que la barbarie se repite una y otra vez. Por esta razón, para comprender lo que hoy ocurre, hay que tener una visión histórica de las cosas. El se jugó la vida para cambiar la historia ¿Qué estás haciendo tú para cambiar las cosas?»
Entrevista a Mr Claude André: Claude ANDRE escapó con 15 años de la Francia ocupada por los nazis y luchó en la Segunda Guerra Mundial 1939-1945, desertando de la marina de Vichy, su objetivo era reunirse con el general De Gaulle en Inglaterra, formando finalmente parte de la Free Naval Forces.
Paulo Freire decía que la educación no cambia el mundo, sino que cambia a las personas que cambian el mundo.