Publicado en Nueva Revolución
1ª parte: La esclavitud 2.0 La otra cara del trabajo doméstico
Teresa Domínguez
Se acerca el Día Mundial contra la Trata. Casi un tercio de las víctimas de la trata son niñas 20% y niños 8%, de acuerdo con los datos del informe elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Las mujeres y niñas suman un 71% de la misma. La trata es el segundo negocio ilícito más rentable del mundo. Por cada víctima de trata identificada, hay 20 sin identificar. El 36% es víctima de trata con fines de trabajo forzoso.
Según MOAS, las cifras más recientes del Global Slavery Index (GSI) estiman que más de 45.8 millones de personas permanecen atrapadas en esta industria que mueve 150 mil millones de dólares. La esclavitud toma muchas formas, todas igualmente destructivas para las personas y las comunidades afectadas. Adultos y niños obligados a trabajar a través de coacción, o amenaza. Por propiedad o bajo el control de un «empleador», a través de abuso físico, sexual o mental. Tratados como una mercancía o comprados y vendidos como ‘propiedad’ con restricciones impuestas a su libertad de movimiento. Trabajo forzado, esclavitud infantil, matrimonio forzado, extracción de órganos, comercio y explotación sexual, mendicidad forzada y para su uso como niños soldados, son formas definibles de esclavitud moderna que están creciendo en todo el mundo. La semana pasada escribía la primera parte de la otra cara del trabajo doméstico. En esta segunda parte los protagonistas van a ser los niños y niñas explotados en hogares lejos de sus familias.
Una niña puede ser vendida a la edad de tres años para saldar deudas. Un sistema ilegal, pero totalmente generalizado. Para las niñas explotadas, esto lleva a la privación de educación y al abuso físico.
Hace unos días describía Javier F. Ferrero en su columna, la situación de los niños obreros del Congo. La esclavitud perdura impunemente en el mundo, según «Plan International», más de 8,000 niñas y mujeres son víctimas de la esclavitud doméstica solo en Nepal. Una niña puede ser vendida a la edad de tres años para saldar deudas familiares. Un sistema ilícito, pero totalmente generalizado. Para las niñas explotadas, esto lleva a la privación de la educación y al abuso físico. Esta práctica se volvió ilegal en el año 2000. Pero las tradiciones son tenaces y la ley difícil de aplicar. Involucró entre 10,000 y 12,000 niñas. Una vez forzadas a abandonar sus hogares, las niñas se ven obligadas a trabajar, a hacerse domésticas, a casarse o incluso a prostituirse.
Decenas de miles de niñas y niños paquistaníes trabajan como sirvientes domésticos en los hogares de familias ricas. Cocinan, limpian y a menudo son violentamente abusadas, violadas. Sin embargo raramente pagan por sus crímenes.
«No hay justicia en este mundo»
A dónde vayas en Paquistán hay niños trabajando en las calles para sustentar a sus familias, pero hay otros niños y niñas que no se ven a simple vista, que trabajan tras los muros de casas ricas en barrios residenciales. No hay estadísticas, algunos incluso desde la edad de los 8 o 9 años, pero son decenas de miles, tampoco existen leyes que les protejan.
Taber, esta niña de 10 años fue golpeada y sus manos fueron quemadas por perder una escoba.
Akhtar, 16 años acabó muriendo después de recibir paliza tras paliza. Vivía en casa de una mujer que ocupaba un cargo político local y su hija.
Muchas son las historias horribles de niñas y niños que trabajan con sirvientes en las casa de personas ricas y poderosas en Paquistán. Pero la mayoría de las familias en la extrema pobreza deciden no denunciar estos casos. Y los que son acusados de abuso normalmente no son castigados.
Taber fue a trabajar a casa de un juez en Islamabad, sus fotos abusada y maltratada causaron conmoción en los medios, ahora se recupera en un hogar de caridad. Fue enviada a trabajar porque su familia tenía muchas deudas. Sus empleadores han negado en todo momento los maltratos. ¿Por qué tuvo que ir a trabajar con 10 años? Pues como todos los niños, la familia tenía graves problemas económicos.
Se estima que hay 250.000 niñas y niños que trabajan como criados, o sirvientes domésticos en Paquistán.
Se estima que hay 250.000 niñas y niños que trabajan como criados, o sirvientes domésticos en Paquistán. Algunas familias los mandan directamente, pero la mayoría lo hacen a través de intermediarios o agencias. Los niños deberían estar en las escuelas, pero la situación es tan desesperante en algunos hogares que los padres optan por enviar a sus hijos a cambio de poder sobrevivir. En las agencias no escasean los demandantes de empleo o las familias que quieren entregar a sus hijos.
Niñas y niños no solo maltratados, si no que mueren en el intento, como fue el caso de Akhtar que fue golpeado hasta morir. La empleadora era una mujer muy conocida, una política local que nunca fue procesada por ello. Tanto ella como su hija negaron los hechos. La hermana pequeña de Akhtar, de 12 años, que trabajaba en la misma casa y fue testigo, relató los hechos, incluso dijo que los dos fueron golpeados por la hija, que incluso lo quemaba con cucharas hirviendo, pero nadie la creyó. Dijeron que murió de una infección.
A pesar de los informes policiales y médicos, de la autopsia que demostraba los abusos y malos tratos, y de que el abogado se ofreció gratuitamente a representar al padre si continuaba adelante, el juicio se detuvo incluso antes de que comenzara, el padre retiró la denuncia, se supone porque aceptó un soborno, aunque lo negara. El padre del fallecido declaró que los perdonaba porque no había justicia en este mundo, que los perdonaba en nombre de Dios.
«No tenemos otra elección, somos pobres.»
Se planteaba Sec Kermani, el autor de un estremecedor documental en BBC World que cuando ves la pobreza en la que viven quizás entiendes por qué aceptan este tipo de tratos injustificables. Sin embargo, al hacerlo, estos crímenes nunca serán juzgados ni pararán jamás. Mientras haya familias pobres, habrá criados pobres, no solo es un trabajo al que mandar a los niños y niñas, es una forma de venta de seres humanos, de trata encubierta. Es la necesidad y la pobreza extrema que les lleva a vender a sus propios hijos.
Quizás para Taber exista un final feliz, cuando crezca:
«Quiero ser maestra, porque los niños tienen que estar en la escuela, no trabajando»
Existe un movimiento mundial de personas que piden a sus gobiernos que ratifiquen el Protocolo sobre el trabajo forzoso de la OIT. Un instrumento jurídicamente vinculante que requiere que los gobiernos adopten medidas para luchar contra la esclavitud moderna en todas sus formas. Actúa en tres niveles: prevención, protección e indemnización. (Aquí puedes leer el texto completo del protocolo). Los países resaltados en azul son los que lo han ratificado hasta el momento. La meta es convencer al menos a 50 países de que ratifiquen el Protocolo sobre el trabajo forzoso antes de finales del año 2018. Ya hay 25 ratificaciones. Y más de 32 mil personas hemos firmado para hacer presión. Si quieres participar, tienes una oportunidad de hacer historia 👉 aquí
Escalofriante. Sabes que está pasando pero no conoces el alcance. Gracias por este artículo. Abre los ojos. Cuanta injustícia…
Hola me ha encantado , soy una niña de once años y me ha estremecido mucho este artículo Teresa 🤗