Publicado en Stop Vientres de Alquiler
Publicado en Euronews España

En este artículo de Claudia Corbonnois para Euronews se han consultado las siguientes cuestiones a la plataforma Stop Vientres de Alquiler. Nuestra compañera Teresa Domínguez ha sido entrevistada por Euronews España sobre el alquiler de vientres y los españoles que han comprado sus bebés a madres ucranianas y que permanecen en el país. Reproducimos aquí todas sus respuestas que son esenciales para entender la realidad de este conflicto entre el gobierno español y quienes se han saltado la legislación española a la torera acudiendo a uno de los países más pobres de Europa a comprarle un bebé a quienes ellos llaman «ángeles».

1. ¿Cómo, cuándo y porque empezasteis a movilizaros por esta causa?

Stop Vientres de Alquiler, nació en abril de 2017 y se articula en una comunidad de más de 15.000 personas a través de distintos medios de comunicación. Su fundadora es Ana Trejo Pulido. Un proyecto al que se han unido varias compañeras. Hoy por hoy, además de su fundadora, estamos Inma Guillén, Vanesa Pujades y yo misma, Teresa Domínguez.

Se trata de un proyecto de divulgación feminista que tiene como objetivo impulsar el conocimiento y crear conciencia social sobre la maternidad subrogada, que no es más que explotación reproductiva de mujeres y un mercado de bebés a la carta.

Recopilamos, analizamos y compartimos información disponible sobre esta práctica aberrante y sus consecuencias para las mujeres y las criaturas. Así mismo, elaboramos materiales informativos y educativos, impartimos charlas, lanzamos campañas en redes sociales y damos asesoramiento a asociaciones, medios de comunicación y sociedad en general, contando la verdad sobre la subrogación.

2. ¿Por qué estáis en contra de los vientres de alquiler? ¿Cuál es vuestra motivación? ¿Por qué no es ético?

El alquiler de vientres es una grave violación de los derechos y la dignidad de las mujeres y menores. Es una forma de explotación reproductiva de la mujer y convierte a los recién nacidos en objeto de transacción contractual y comercial. La filósofa Ana de Miguel lo llama bio-economía, o economía reproductiva, porque no trata de la explotación de la fuerza de trabajo, es la explotación de las meras funciones biológicas de las mujeres.

Como feministas no podemos cerrar los ojos ante los profundos rasgos patriarcales de esta industria, donde la maternidad es algo desechable mientras la paternidad se vuelve cada vez más sagrada. Se está generando un debate que nos remite a poner en cuestión derechos fundamentales. Tener hijos es un deseo legítimo, pero no se trata de un derecho. El Derecho Internacional no prevé un derecho a tener un hijo, un hijo no es un bien o servicio que el estado pueda garantizar, o suministrar, sino un ser humano titular de derecho. El único derecho que existe es el que atiende a los niños, según recoge la Declaración de los Derechos del Niño aprobado por la ONU en 1959, los niños tienen derecho a crecer en una familia, así como a conservar los vínculos con su país de origen.

Además, en este debate es necesaria una perspectiva de género. En la mayoría de casos, son mujeres pobres o con necesidades, frente a un sector de la población que puede permitirse comprar lo que necesita o desea. La forma más eficaz y respetuosa con los Derechos Humanos, es contar con una regulación internacional abolicionista que ponga fin a la llamada maternidad subrogada, incluida la transfronteriza.

3. ¿Estáis de acuerdo con que las familias españolas en Ucrania se les impida volver a España y que sus hijos sean apátridas? ¿Cuáles son las medidas que hay que tomar para esas familias y sus bebes?

A las familias españolas en Ucrania no se les impide volver. La vía legal que tienen es solicitar el pasaporte ucraniano, y un posterior juicio en España para solicitar la «adopción intrafamiliar», es decir, el reconocimiento de su vínculo con la madre española cuando no existe una sentencia judicial de filiación paterna. La mal llamada gestación subrogada, es una práctica prohibida en España, y desde 2006 nuestro gobierno lleva desaconsejando el procedimiento. Para España, la madre es la que pare, un derecho que nos ha costado siglos que nos reconozcan a las mujeres. Además, las autoridades españolas prestan especial atención a los recientes casos de irregularidades, el mismo gobierno ucraniano acusa a la una de las más importantes agencias ucranianas de delitos de falsificación de documentos, fraude fiscal y delitos de tráfico de personas.

Según Octavio Salazar, Catedrático de Derecho Constitucional, es muy complicado, por no decir imposible, que una regulación aun teniendo como exigencia la no existencia de contraprestación económica, garantizase correctamente la protección de los derechos de las partes más vulnerables, es decir, los menores y, sobre todo, las madres gestantes.

4. ¿Es ético no dejarles regresar?

¿Es ético explotar el cuerpo de la mujer? ¿Es ético mercantilizar la vida humana? De cualquier forma, la pregunta no se basa en la realidad. Los padres de intención tienen la opción de traerse a los niños con pasaporte ucraniano y empezar un proceso de filiación (los padres) y adopción (sus mujeres), ya que la ley española no las reconocen como tales, ni tampoco aportan sentencia judicial que lo indique. Y en España la maternidad la determina el parto.

Muchos destinos que antes permitían los vientres de alquiler para extranjeros ahora cierran sus fronteras a este mercado. Al regularse en cualquiera de sus formas, el mercado aumenta ante la demanda. Y dejan de protegerse los derechos de madre e hijos. Prácticas abusivas que también se dan en países “regulados”. No deja de ser una lucha entre Derechos Humanos y derechos del capitalismo más brutal.

5. ¿Pensáis que han cometido un delito a pesar de que sea legal en Ucrania?

El Derecho Internacional no prevé un “derecho a tener un hijo”. Para que ese deseo sea satisfecho, se tienen que revocar los derechos de las mujeres. Así dice el Tribunal Supremo sobre el argumento de que rechazar la inscripción sería contrario al superior interés de los niños:

“La aceptación de tales argumentos debería llevar a admitir la determinación de la filiación a favor de personas de países desarrollados, en buena situación económica, que hubieran conseguido les fuera entregado un niño procedente de familias desestructuradas o de entornos problemáticos de zonas depauperadas, cualquiera que hubiera sido el medio por el que lo hubieran conseguido, puesto que el interés superior del menor justificaría su integración en una familia en buena posición y que estuviera interesada en él. La invocación indiscriminada del «interés del menor» serviría de este modo para hacer tabla rasa de cualquier vulneración de los demás bienes jurídicos tomados en consideración por el ordenamiento jurídico nacional e internacional que se hubiera producido para situar al menor en el ámbito de esas personas acomodadas”.

La Ley española de Técnicas de Reproducción Humana Asistida, dispone en su art. 10 que los contratos de maternidad subrogada no son válidos. El Tribunal Supremo es tajante:

«El argumento fundamental del Tribunal Supremo es el fraude de ley: la ley española considera nulos los contratos de maternidad de alquiler…”. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos se ha pronunciado de la siguiente manera sobre los vientres de alquiler: «Es incompatible con la dignidad humana, en la medida en que supone tráfico de niños, en el sentido del art. 2 del Protocolo Opcional de la Convención de Derechos del Niño; II) que desconoce la fuerte relación que se crea durante el embarazo entre la madre gestante y el niño que ella lleva en su seno; III) y que hace desaparecer de la vida del niño a su madre gestante.”

6. ¿Promovéis la adopción?

Estamos a favor de que se agilicen los procesos y trámites burocráticos y administrativos, siempre manteniendo todas las garantías legales y de seguridad. También somos conscientes de que se necesitan más recursos de apoyo a las familias, especialmente en los casos de adopciones internacionales; así como mayor información y formación para los padres, tanto previos a la adopción como posteriores.

El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto con el que desarrolla la Ley 26/2015 de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia de Adopción Internacional, lo que se supone facilitará el proceso. Todo ello no impide que las adopciones tanto nacionales como internacionales sigan cayendo. La nueva Ley de Infancia modifica el proceso y obliga a actualizar los listados.

Desde un punto de vista jurídico, hay que destacar la contradicción flagrante entre los mecanismos en juego en la maternidad subrogada y los principios fundamentales del Convenio de La Haya sobre Adopción Internacional. Con el fin de evitar el tráfico y la compra de las capacidades reproductivas, el artículo 4 del Convenio establece, como norma fundamental, que los consentimientos no se han obtenido mediante pago o compensación de clase alguna y que tales consentimientos no han sido revocados, y que el consentimiento de la madre, se ha dado únicamente después del nacimiento del niño y dicho consentimiento no ha sido obtenido mediante pago o compensación de clase alguna. Por lo tanto, están prohibidos los acuerdos previos. 

7. ¿Por qué es más ético adoptar que alquilar un vientre?

Creo que ya hemos respondido en parte, la reducción de las adopciones a escala mundial ha alcanzando un porcentaje superior al 70% en prácticamente todos los lugares del mundo. La adopción es un acto jurídico (y de amor) en virtud del cual un adulto toma como propio a un hijo ajeno, con el fin de establecer con él una relación paterno-filial. Y garantizarle su derecho a tener una familia. El alquiler de vientres es una grave violación de los derechos y la dignidad de las mujeres y menores. Es una forma de explotación reproductiva de las mujeres y convierte a los recién nacidos en objeto de transacción contractual y comercial.

La madre no es un útero artificial dentro del cual se desarrolla un feto. Como dice nuestra compañera Ana Trejo, la madre es el primer hábitat de la criatura. Entre la madre y la criatura se va a ir gestando el vínculo materno-fetal, cuyo centro neuronal está en el cerebro y que se produce tanto a nivel celular, como en el apego afectivo. La madre gestante y su bebé desarrollan un nexo, una comunicación e intercambio, que tiene una fuerte base biológica desde las primeras semanas de la gestación.

No podemos olvidar que la maternidad subrogada se basa en un contrato entre particulares, sujeto a derecho mercantil, cuyo objeto final es la entrega de un ser humano recién nacido. A las mujeres no se las contrata sólo para gestar y parir, sino que el propósito del contrato es la entrega de un «producto» acabado: el bebé, el objeto real del contrato. Por último, es curioso como en adopción se exige un certificado de idoneidad de los padres adoptantes, sin embargo en el caso de los vientres de alquiler, las únicas que han de responder a idoneidad y contrato, son las madres gestantes. En un alto porcentaje de casos incluso el óvulo es comprado a la carta.

8. ¿Consideráis que las personas que recurren a esta práctica y las que se prestan no son feministas, y por qué?

En ningún momento juzgamos a la mujer que se presta a ser madre gestante. Como feministas, abogamos por el derecho a decidir de las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos. La maternidad por sustitución niega a las mujeres el derecho a decidir durante el proceso de embarazo y en la posterior toma de decisiones relativas a la crianza, cuidado y educación del menor o la menor. Les niega incluso la revocabilidad de su consentimiento, bajo pena de multas, o su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, que se reservan los clientes.

Como decimos, la maternidad subrogada no solo impide a las mujeres la capacidad de elección, sino que además contempla medidas punitivas si se alteran las condiciones del contrato que implica el control sexual de las mujeres. «La auténtica soberanía sobre nuestra capacidad y salud reproductiva no reside en la libertad de ponerla en el mercado, sino en tener la posibilidad de poder escoger ser madre.» Isabel Benítez.

Teresa Domínguez miembro de la plataforma Stop Vientres de Alquiler
“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”