Teresa Domínguez

 

 

 

 

 

 

Publicado en El Diario El Común


El Niño de las Pinturas

Raúl Ruiz, más conocido como El niño de las pinturas o Sex nació en 1969 en Madrid pero se crió en el barrio del Zaidín de Granada. Según describe su biografía en su propia página, su barrio de Realejo, es su lienzo, «esquinas y edificios decaídos aparecen lustrosos con el depurado e impactante trabajo de El Niño», como es conocido nacional e internacionalmente. Sus obras van unidas a frases o poemas como estilo particular de su graffiti. Sus obras, reivindican más justicia social, tanto para la tercera edad, como para la infancia.

La figura humana, tanto en la infancia como en la adolescencia, sigue explicando su visión del mundo, y ocupan un primer lugar, destacando las expresiones faciales de sus rostros: descaro, miedo, asombro, tristeza, rostros con actitud, miradas llenas de vida incluso dolor. Y un rostro en particular ha marcado las Jornadas AntiPederasta Feminista Radical que convocaron Vergüenza Pederasta con la colaboración de Feministas Radicales de España, y que dieron comienzo el 23 de junio por la noche, en el Skate Park Madrid Río, en Madrid hasta el 27 de junio. Un rostro que ha sido generosamente expuesto y cedido por el artista en Madrid durante las Jornadas con el fin de contribuir a la causa. Y es precisamente la imagen que ilustra este artículo, que es el segundo de una serie de tres que expone de forma más extensa, el contenido de una ponencia con la que contribuimos desde nuestra Asociación, sobre prevención y la relación entre la explotación reproductiva, la pedofilia y pederastia en el mundo. Y que puede seguirse desde Youtube.

El turismo sexual infantil afecta a unos 2 millones de niños y niñas en todo el mundo. Los menores víctimas de esta forma de turismo a menudo han sido engañados o secuestrados para someterlos a esclavitud, en este caso sexual. La mayoría de los agresores son hombres; la mayoría de agredidas, son niñas, la prostitución infantil en el contexto del turismo se analiza como «una forma de dominación masculina reforzada por la globalización.
Los gobiernos de los países donde los menores son víctimas del turismo sexual a menudo se abstienen de perseguir a los autores de este tipo de violación de los derechos humanos, que es una fuente de divisas. El poder económico del turista los silencia.
El turismo sexual infantil está estrechamente vinculado a la pobreza, a los estereotipos de género, los conflictos armados, la rápida industrialización y el crecimiento explosivo de la población. En América Latina y el sudeste asiático, por ejemplo, las niñas de la calle rechazadas de sus hogares por ser niñas, abandonadas, recurren a menudo a la prostitución como último recurso. Debido a su corta edad y a su precaria situación económica, estas niñas pobres son un blanco fácil para los traficantes, tanto de sexo como desde finales de los 90, de la explotación reproductiva.
Estados Unidos, Canadá, Tailandia, Camboya, India, Brasil y México han sido identificados como los principales centros de explotación sexual infantil, y explotación reproductiva. De ahí afirmar, que regular no evita la trata.
Legalizar la maternidad subrogada en India, en 2002, que fue denominada el «útero del mundo», dio origen a una nueva forma de trata, los traficantes, solían traficar con niñas y mujeres para la prostitución, pero después de la legalización de la subrogación comercial, traficaban con niñas y mujeres para la industria reproductiva, otra forma de prostitución, usando a estas como materia prima. Niñas que podían ser explotadas reproductivamente hasta 6 veces cada una.
La regulación no ha impedido la trata de mujeres por las mismas redes que se utilizan para la prostitución, o las redes de explotación doméstica. Información facilitada por la Oficina Nacional del Crimen 2016 de India.
Por otro lado, el tráfico de miles de mujeres y niñas, a menudo adolescentes, como “novias” a lugares de La India donde la proporción de sexos ha descendido tanto que los hombres no pueden encontrar mujeres para casarse, es de hecho una especie de puerta a la práctica de “maternidad subrogada”, es decir, a la explotación reproductiva, a la prostitución reproductiva.
Esencialmente el tráfico de niñas a menudo adolescentes para sexo y procreación. A veces son compradas a sus padres o secuestradas, y luego vendidas a una familia donde el marido, sus hermanos e incluso el padre ‘comparten’ a la menor-esposa. Si las mujeres se resisten, son golpeadas y a veces asesinadas.
Una vez que tiene hijos, es vendida a otra familia de hombres, para su “uso” sexual y reproductivo. Y lo curioso es que este sistema de violación colectiva, violencia sexual y reproductiva contra las mujeres es perfectamente legal en la India. La policía no arresta a nadie porque dicen que están “casados”.
La esclavitud perdura impunemente en el mundo, según «Plan International», más de 8,000 niñas y mujeres son víctimas de la esclavitud doméstica solo en Nepal. Una niña puede ser vendida a la edad de tres años para saldar deudas familiares. Un sistema ilícito, pero totalmente generalizado. Para las niñas explotadas, esto lleva a la privación de la educación y al abuso físico.
Esta práctica se volvió ilegal en el año 2000. Pero las tradiciones son tenaces y la ley difícil de aplicar. Involucró entre 10,000 y 12,000 niñas. Una vez forzadas a abandonar sus hogares, las niñas se ven obligadas a trabajar, a hacerse domésticas, a casarse para ser  explotadas reproductivamente o incluso a prostituirse. Por otro lado, decenas de miles de niñas y niños paquistaníes trabajan como sirvientes domésticos en los hogares de familias ricas. Cocinan, limpian y a menudo son violentamente abusadas, agredidas, violadas. Sin embargo raramente pagan por sus crímenes.
Repito. De ahí afirmar que regular no evita la trata. Muy al contrario. La mayoría de compradores de la explotación reproductiva suelen ir al extranjero a comprar los bebés. Como sabemos, son pocos los países que tienen legalizada la práctica de la mal llamada gestación subrogada y en los que su sistema es altruista, tampoco hay suficientes mujeres disponibles, para cubrir la demanda existente, y por supuesto dichos países ni garantizan las demandas, ni mucho menos las exigencias de los clientes, que se marchan al extranjero en su grandísima mayoría para cumplir con su voluntad de hacer realidad su deseo de disponer a toda costa de un menor sin más requisito que tener los fondos económicos necesarios.
Cuando hablamos de compra de bebés por internet, no exageramos, se tiene que recurrir a la explotación de las meras funciones biológicas de las mujeres y se tienen que revocar numerosos derechos de estas tanto como de los menores. Menores que tienen que ser separados de sus madres, criaturas que pierden su derecho a conocer sus orígenes, un derecho que se reconoce en la Convención de los derechos del niño. Y del art. 180 del Código Civil. Salvo que los clientes estén dispuestos a ello.
También se podría considerar el alquiler de mujeres, como un supuesto de venta y tráfico de menores según los Protocolos Facultativos de la Convención sobre los Derechos del Niño, relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. “Todo acto o transacción en virtud del cual un niño es transferido a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución».
Por supuesto pueden ser rechazados si no satisfacen las calidades deseadas, si la pareja se separa, si se arrepienten del proceso. Corren el riesgo de ser apátridas y quedarse sin nacionalidad,  incluso el riesgo de ser vendidos a compradores con los que no tienen relación genética alguna.
Cuando nacen con síndrome de Down, malformaciones o enfermedades congénitas, los compradores suelen abandonar a estas criaturas. También suelen ser descartadas antes de nacer mediante la imposiciónes a las madres de abortos selectivos. No solo si tienen una malformación, también si nacen con el sexo no deseado. Y si llegan a nacer, son abandonados y recogidos en instituciones.
Hay coleccionistas de menores como el japonés Shiguetta, que compró 16, concebidos en Tailandia, o la pareja de multimillonarios Kristina Öztürk y su marido, de Georgia, que han tenido en solo un año veinte hijos, explotando a otras tantas mujeres. O Christina, la mujer rusa casada con un hombre turco que dio a luz a su primera hija a los 17 años. Hoy es madre de 11 hijos,  en un periodo de seis años. Y salieron en prensa porque querían llegar a la centena, ¿Cómo les permite la ley este tipo de tropelías? Es directamente trata humana.

Y a esto súmenle, por ejemplo el hecho de poder comprar bebés por parte de pedófilos y pederastas. Pero de esto hablaremos en la próxima columna, casos reales de pederastas relacionados con la explotación reproductivas y las agresiones sexuales de bebés, las redes de pedopornografía, y qué hacen los  Gobiernos. Ya va siendo hora de que las instituciones internacionales vayan tomando medidas en este sentido. Pero ya digo, les emplazo al próximo y último capítulo.

Teresa Domínguez

No seré una mujer libre mientras haya mujeres sometidas. A.Lorde

Creadora de letraescarlata.org

Socia Fundadora de Feministas Radicales de España

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