Nuestros hijos e hijas están en peligro

Teresa Domínguez

 

 

 

 

Publicado en Nueva Revolución 23 de enero 2024

Publicado en AFRA Mujeres

Co-Presidenta AFRA Mujeres, activista y divulgadora feminista, columnista y creadora del proyecto letraescarlata.org y CatavinasPodcast.

La ineficacia de la justicia en casos de violencia machista y la falta de apoyo institucional a las víctimas, señalan el sesgo de género en la judicatura y los servicios sociales. Verónica, Consuelo García del Cid, escritora e investigadora, Leonor Pérez Durán, periodista y Paula Prada Pardal, del colectivo MadreMía, exponen la problemática del desamparo infantil y la retirada de la custodia a madres, vinculándolo a intereses económicos y a la perpetuación de modelos familiares tradicionales. La conversación refleja una enorme frustración ante la inacción política y la necesidad de un cambio sistémico.

Leonas y Cachorros se centra en la problemática de la violencia de género institucional y su impacto en mujeres y niños. Se explora la intersección entre la violencia de género, la violencia institucional y la discriminación contra mujeres migrantes, resaltando las fallas del sistema judicial y de servicios sociales..

El sistema judicial, la policía y otros operadores, supuestamente encargados de proteger a las mujeres víctimas de violencia de género, a menudo las victimizan aún más. La violencia institucional se percibe a veces como más grave que la ejercida por el agresor inicial, al provenir de una autoridad que debería brindar protección.

«es mucho peor el golpe del grandullón ya no es tan fuerte como el golpe de una autoridad que se supone está ahí para protegerte y que no lo hace.»

Las integrantes del colectivo «Madre Mía» son mujeres que han sido víctimas de violencia institucional y que ahora luchan por los derechos de sus hijos y de otras madres. Todas las mujeres coinciden en enfatizar el activismo como herramienta para dar a conocer la problemática a la sociedad.

Por otro lado, las mujeres migrantes sufren una doble violencia: la violencia de género y la discriminación institucional, agravada por la falta de redes de apoyo en el país receptor. Sin familia, amigos ni apoyos económicos, estas mujeres son particularmente vulnerables. Además, se desmiente el mito de que las personas migrantes reciben ayudas sin necesidad, mostrando que muchas veces, incluso con papeles, no son elegibles para recibir apoyo.

«La mujer migrante sufre el doble y encima tiene que aguantar por una falta de de apoyo, de sangre, de familia directa que no tiene.»

«incluso teniendo documentos, incluso teniendo documentos, no eres, muchas veces no eres elegible. ¿Por qué? Por mi condición.»

En cuanto al sistema judicial, se considera que el epicentro del problema reside en la judicatura, donde los jueces imponen su propia ley, interpretándola a su gusto en lugar de aplicar la ley de manera objetiva. también se critica en Catavinas Podcast 8, el corporativismo del sistema judicial, que impide una auto-crítica o rendición de cuentas. De hecho, algunos jueces tienen una ideología partidista que influye en sus sentencias, y que dan custodia a padres maltratadores o abusadores.

«La justicia, quien imparte la justicia es el que la interpreta y esa va a ser la justicia a partir de ese momento, no la que diga la ley, sino la que ese señor interprete.»

«Los jueces piensan, yo lo hago como me da la gana y a mí nadie me replica.»

Es evidente que la realidad muestra la falta de interés de los políticos y las autoridades ante la situación, especialmente en casos de mujeres anónimas. Se ejemplifica con el caso de una ministra de Igualdad que se pronuncia sólo en casos mediáticos, pero que permanece en silencio sobre el resto. Por ello el activismo es la única vía para dar visibilidad a la situación y exigir cambios.

Otro gravísimo problema es la retirada de hijos y el negocio de la tutela. Hechos que se producen incluso durante el embarazo, alegando problemas económicos o conductas «inadecuadas», en lugar de ofrecer apoyo. Que el sistema priorice la tutela de menores en centros (muchos de ellos privados) en lugar de apoyar a la madre y/o a familiares, además de un negocio lucrativo que implica la tutela de menores, y sostiene el sistema, supone una violencia sin parangón hacia las mujeres y sus hijos e hijas. La retirada de un bebé a una madre, impide el derecho del mismo a la lactancia materna y al apego.

«se está hablando niños de una forma que que que yo no digo que se equivoquen siempre al 100%, no, mira, desgraciadamente siempre hay casos que que están justificados porque la humanidad es lo que es. Entonces, sí hay dramas y sí hay cosas, pero vamos a ver, penalizar la pobreza, que sí se hace, es decir, penalizar la pobreza […] y que en ese momento te abran una intervención y decidan que que tus hijos están en riesgo porque tú no tienes dinero.»

Las mujeres son tratadas como seres tutelables sin capacidad de decisión sobre sus cuerpos y la crianza de sus hijos. En Leonas y Cachorros, se cuestiona la imposición de custodias compartidas a pesar de denuncias por abuso sexual. Se critica la retirada de la patria potestad a madres por conductas «rebeldes» o que no se someten a las decisiones de los servicios sociales. Se considera que el sistema penaliza a la mujer por ser una víctima o por querer separarse del agresor.

«nos infantilizan, es que nos infantilizan. Seguimos siendo seres tutelables nosotras mismas, o sea, no tenemos capacidad de decisión ni sobre nuestros cuerpos ni sobre nuestros hijos.»

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) se usa como herramienta de victimización. De hecho, las invitadas denuncian el uso del SAP como estrategia para quitar la custodia a la madre, basándose en la mala relación con el padre, que se interpreta como culpa de la mujer. Y se señala que los juzgados usan este concepto para convertir a la víctima en culpable y al agresor en víctima. En muchos casos, las mujeres no tienen las mismas oportunidades de alejarse de un agresor por dependencia económica y habitacional.

Es necesario nombrar la violencia vicaria y económica, pero estos conceptos no son tomados en cuenta en los juzgados. Y como único recurso casi, queda el activismo como única herramienta para visibilizar la problemática.

«Una madre tiene que llevar a su hijo a un punto de encuentro a pesar de haber sufrido abusos sexuales por parte del supuesto padre».

Muchas madres dañadas de un sistema que las penaliza, por serlo, se preguntan cuándo se aplicarán protocolos que garanticen la seguridad y el bienestar de las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos en los Puntos de Encuentro Familiar. Como detalla una afectada en esta denuncia.

Madres víctimas de violencia de género y vicaria claman contra una jueza de Barcelona: «Nuestros hijos están en peligro». Denuncian que la magistrada del juzgado de violencia sobre la mujer número 2 de la Ciudad Condal, doña Francisca Tórrala Verdejo, no deja presentar pruebas ni testigos. (La Voz del Sur) y donde tres madres han ofrecido su testimonio sobre la experiencia vivida con la referida jueza.

Pero no es el único caso, podríamos mencionar numerosos, como la jueza Aurora Angulo de Juzgado de Instrucción nº 2 de Granada, la jueza que denegó la petición de Juana Rivas, ante la que un centenar de jueces cierran filas, mostrando su corporativismo, ante un supuesto «ataque personalizado». O como el caso de la nueva jueza de violencia de género de Jerez de la Frontera, Raquel Gómez Sancho, desplazada de Canarias, donde la denunciaron por acosar a una víctima.

Llegada a tras un nuevo concurso convocado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a principios del pasado mes de marzo, de 2024. Fue querellada por acudir al trabajo de una víctima de violencia machista advirtiendo que “iba a tener problemas”. La querella se interpuso por los presuntos delitos de prevaricación judicial y coacciones.

La conversación entre Nika, Consuelo García del Cid, escritora e investigadora, Leonor Pérez Durán, periodista y Paula Prada Pardal, del colectivo MadreMía, ofrecen una visión cruda y crítica de cómo el sistema judicial y de servicios sociales, en lugar de proteger a mujeres y niños, perpetúan la violencia y discriminación, especialmente contra mujeres migrantes y madres que luchan contra la violencia de género institucional. Se destaca la urgencia de reformas profundas en el sistema judicial y la necesidad de que las mujeres, particularmente las madres, sean reconocidas como sujetos de pleno derecho, con capacidad de decisión sobre sus vidas y la crianza de sus hijos. El activismo es la única vía para generar cambios significativos.

Teresa Domínguez

No seré una mujer libre mientras haya mujeres sometidas, A.Lorde

Puedes ver la charla en «Leonas y Cachorros» en Catavinas Podcast 8

Puedes ver Catavinas Podcast 8 completo aquí:

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