Por Aitana1967yo
Conozco a personas maravillosas. Hace mucho o poco tiempo, el paso del tiempo es relativo. Una de esas persones especiales es mi maravilloso amigo Toni Asensio. Él me ha prestado desinteresada y muy generosamente estos preciosos dibujos que tengo el placer de compartir. Tengo la inmensa fortuna de contar con la amistad y el afecto de seres muy entrañables desprenden una luz dulce y cálida, transformadora y sanadora.. Cada una de ellas muy diferentes entre sí, como la mayoría de la gente. Mujeres y hombres altos, bajas, habladoras, tímidas, risueños, espontáneas, gordos, flacas, y un largo etc. de características personales, tanto físicas como de personalidad que los hacen únicos e irrepetibles como seres humanos. Tan diferentes y al mismo tiempo tan parecidos. El físico nos importa y mucho aunque pensemos que no. Funcionamos por etiquetas y no porque seamos simples, vagos o superficiales o personas horribles sino porque nuestro cerebro está diseñado de manera práctica y para economizar esfuerzos innecesarios. (Enlace)
“En este artículo presentamos cómo desde la antropología social se analiza la adolescencia como construcción cultural incorporando la perspectiva de género. Nos centramos en las diversas identidades generacionales (adolescentes, jóvenes, adultos, etc.) y de género (masculinidad y feminidad) para reflexionar de manera holística y compleja sobre los valores de los y las adolescentes, el culto al cuerpo, las representaciones ideológicas hegemónicas sobre la juventud»
Anastasia Téllez Infantes
Instituto de Educação, Universidade de Lisboa.
Una “…de las líneas de investigación que desde la antropología se está desarrollando últimamente en relación a los jóvenes y adolescentes, es el binomio identidad y cuerpo. El denominado culto al cuerpo tan en boga requiere a su vez un análisis de género, pues no afecta de igual modo a las mujeres que a los hombres.”…” Ya superada su larga penitencia que ha sufrido a lo largo de siglos de nuestra historia, los cuerpos aparecen en la publicidad, en el cine y en la televisión, como valorados elementos de ostentación. Nos hallamos en una época en la que el culto al cuerpo impregna hasta los aspectos más sutiles de la cultura. Los gimnasios han proliferado por nuestras ciudades a modo de fábricas, de talleres de cuerpos en los que se cultivan, se modelan y se construyen los cuerpos deseados y deseables para ser exhibidos con orgullo. Y a ellos se acude principalmente a hacer deporte, término que se ha hecho hegemónico y que ha acaparado en su denominación a cualquier actividad corporal motriz que se asimile en nuestra cultura” (Martínez Guirao, 2010:109).
El culto al cuerpo, si, perfectos, jóvenes, delgadas, sin arrugas, sin flaccidez, musculados, fibradas, depilados, ahhhhh. La dolorosa esclavitud, las cadenas que nos echamos encima, arrastramos, sin darnos apenas cuenta. No puede sobrar nada, ni faltar nada. Barriga, papada, pecho, caderas…La perfección es una quimera y si existe no es humana. La anorexia, la bulimia, la depresión, la ansiedad, la vigorexia.. si son reales y existen. Están muy presentes en nuestra sociedad. Es un monstruo fantástico e imposible, la humanidad no habita en ella. Desde muy pequeños los niños y las niñas perciben que las personas adultas estamos muy preocupadas por lucir. Las caracerísticas físicas personales son demasiado importantes para nosotras. Complejos, insatisfacción, enfermedad por ser como no somos, por correr detras de una quimera que hemos mamado, unas y unos en mayor medida que otras.
Por esto y otras muchas cosas reivindico el arte de lo imperfecto, de lo natural, del desbordamiento de la belleza universal y esta es inmensa…somos tan pequeñitas y tan grandes al mismo tiempo. Somos perfectas…como somos. No hay nada que quitar ni añadir.
“La tradición representativa de las tres gracias se remonta, tanto en la literatura como en las artes plásticas, a la antigüedad griega y romana. Las hijas de Júpiter y de Eurymone, Aglae, Eufrosina y Talía, simbolizan diferentes conceptos desde la antigüedad. Hesíodo las asoció en la Ilíada con la diosa Afrodita, convirtiéndose así en símbolo de la belleza, el amor, la fertilidad y la sexualidad. Pero también se relacionaban con la generosidad y la amistad al recibir y otorgar dones. Rubens las sitúa en un escenario, donde vemos un Cupido sujetando una cornucopia de la que sale agua y una guirnalda de flores, que actúa como telón. Al fondo se observa un paisaje con ciervos”.
Deseo ser una de las Cárites, hija de Zeus y Eurínome, hija del Océano. Desnuda, femenina y representar la alegoria de la vida palpitante y sensual. Ser una bella alegoría. Las tres diosas entran en la tradición escrita de mano de Hesíodo, quien señala en la Teogonía (siglo VIII a. C.) que son Las Gracias aparecen en este texto como divinidades asociadas a la belleza y al amor. En la Ilíada y la Odisea los dos grandes poemas épicos del siglo VIII a. C., las Gracias se vinculan con Afrodita, la diosa del amor, y a través de ella quedan asociadas al amor, la belleza, la fecundidad y el deseo. Numerosas fuentes se hacen eco de estos significados a lo largo de la historia, desde la poetisa Safo de Lesbos en el siglo VII a. C. y Píndaro en siglo V a. C., hasta Horacio, Ovidio y Apuleyo en época romana y numerosos poetas y mitógrafos del renacimiento. Existe otra lectura del mito, que data del siglo IV a. C. y que fue popularizada por autores como Aristóteles, y los estoicos Crisipo y Séneca, y también seguida en el renacimiento, según la cual las tres diosas hermanas representaban a la amistad, la liberalidad y la reciprocidad.”
UNA DE MIS PALABRAS FAVORITAS LA SORORIDAD,
para mi la representa las mujeres de mi vida y hay muchas, afortunadamente, también algunos amigos. Gracias, no viviré lo suficiente para tanto agradecimiento. @Letraescarlata No os voy a nombrar a todas y todos porque seria un…pero estais dentro muy dentro de mi. Vosotras y vosotros lo sabeis. A dos si, gracias Gabriela, gracias Esperanza.
«Safo siente especial devoción por Afrodita, la diosa del amor. Le dedica un bellísimo poema que nos ha llegado completo»
“Velad vosotras por los bellos dones de las Musas ceñidas de violetas, muchachas,
y por la dulce lira de los cantos, pero mi piel, en otro tiempo suave,
de la vejez ya es presa, y tengo blancos mis cabellos que fueron negros,
y torpes se han vuelto mis fuerzas,
y las piernas no me sostienen, antaño ágiles cual cervatillos para la danza.
He aquí mis asiduos lamentos, pero ¿qué podría hacer yo?
A un ser humano no le es dado durar por siempre.
A Títono, una vez, cuentan que Aurora de rosados brazos
por obra de amor lo condujo a los confines de la Tierra,
joven y hermoso como era, mas lo encontró igualmente al cabo la canosa vejez,
a él, que tenía esposa inmortal. (…)
Pero yo amo la ternura;… mi suerte es esto y
la brillante ansia de sol y la belleza.”
Traducción de Juan Manuel Macías
Me gustaría tanto parecerme a una de las tres Gracias, si puedo elegir. Ellas según los mitos griegos eran las encargadas de llevar la alegría allá donde quiera que fueran requeridas, “… diosas del hechizo, la alegría y de la belleza que se encargaban de animar las celebraciones en donde hubiera placer.” “Eufrosine, Talia y Áglae, aunque esta última también era nombrada por muchos historiadores como Aglaya. “ Llevaban su dicha tanto a mortales como a dioses. Además de proporcionar sabiduria y elocuencia en el arte de la palabra. “Por ello se decía que aquellos mortales que eran bendecidos por una de estas tres Gracias, se convertiría en un gran orador, filósofo, artista, etc.” *Marcelo Ferrando Castro
En el Olimpo eran la compañía preferida por Afrodita y Eros, es indiscutible que estas deidades sabian rodearse de gente positiva,sin duda. El dios Apolo amenizaba con su música estas reuniones. Yo puesta a pedir, escojo ser la cuarta gracia, no se como Toni la llamaría, tengo que preguntarle…mientras tanto podría llamarme Briseida, Ava, Adara, Electra…hay tantas, tan hermosas, tan llenas de vida…Toni, tienes que ponerle nombre a tu Gracia. Es hermosa, soñadora, fuerte, sensible,valerosa, yo quiero ser ella…Gracias estimado Toni. Has sido una de esas gratas, especiales y maravillosas sorpresas que da la vida.