Publicado en la Voz del Sur.es 8 marzo 2025
Publicado en Nueva Revolución 8 de marzo 2025
Razones de sobra para seguir luchando: 8M y la deuda con las mujeres
El pasado 4 de marzo, la Casa de la Mujer del Ayuntamiento de Jerez se convirtió en el epicentro de una reflexión urgente: la desigualdad que las mujeres enfrentamos en todo el mundo. De la mano de Teresa Domínguez, copresidenta de AFRA Mujeres, la conferencia «Las mujeres del mundo» ofreció un recorrido contundente por las cifras, las realidades y las injusticias que, a pesar del supuesto progreso, siguen marcando nuestra existencia.
La ponencia, organizada por Aula Atenea, Aula Feminista del Ateneo Siglo XXI y AFRA Mujeres, contó con una gran afluencia de público, mayoritariamente mujeres. Y no era para menos. Lo que allí se expuso no fue un simple repaso de datos, sino un golpe de realidad: si seguimos al ritmo actual, la igualdad total tardará 300 años en alcanzarse. ¿Acaso estamos dispuestas a esperar?
El panorama es demoledor: violencia, pobreza, trata, explotación reproductiva, brecha salarial y falta de representación política. La desigualdad no es un fallo del sistema, es su columna vertebral. Domínguez desglosó cada uno de estos aspectos y desmontó la falacia de que «ya hemos avanzado lo suficiente». Porque la realidad es que las mujeres seguimos viviendo en un mundo diseñado para los hombres.
Cada 8 de marzo, las calles se llenan de voces que reclaman justicia, igualdad y derechos para las mujeres. Es un día de memoria, de lucha y de reivindicación. Pero, sobre todo, es un recordatorio de que la desigualdad de género sigue siendo una herida abierta en el mundo. A pesar de los avances legislativos en algunos países, la brecha entre mujeres y hombres se mantiene firme en lo económico, lo político y lo social. Aún nos sobran razones para seguir en pie de lucha.
Imaginemos un mundo al revés
¿Qué pasaría si el sistema estuviera invertido? Si fueran los hombres quienes tuvieran que pedir permiso a sus esposas para salir de casa, si fueran ellos quienes ganaran menos por el mismo trabajo, si ocupasen en su mayoría los trabajos domésticos no remunerados, si uno de cada tres hombres fuera víctima de violencia sexual perpetrada por mujeres. Si cada tres días apareciera un hombre asesinado por una mujer en España. Este escenario nos resulta impensable, y sin embargo, refleja exactamente la realidad que millones de mujeres enfrentan a diario. El patriarcado es el único sistema que, sin excepciones, relega a la mitad de la población mundial a una posición de desigualdad estructural.
Las cifras lo demuestran: cerca del 95% de los homicidios son cometidos por hombres, y la violencia machista sigue siendo la principal causa de muerte prematura en mujeres a nivel global. En España, una mujer es asesinada por un hombre cada tres días y una es violada cada dos horas. Y aún así, persiste la retórica que intenta minimizar esta realidad con argumentos que desvían la atención y buscan diluir la gravedad de los hechos.
La violencia como punta del iceberg
La violencia contra las mujeres no es un fenómeno aislado, es la expresión extrema de una estructura social que perpetúa la desigualdad. La brecha salarial, la falta de representación en espacios de poder y la precarización del trabajo femenino son síntomas de un sistema diseñado para privilegiar a los hombres.
El Índice de Igualdad de Género 2024 indica que, en Europa, los avances han sido mínimos en las últimas dos décadas. Las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del trabajo no remunerado y enfrentan barreras constantes en sus carreras profesionales. A pesar de que muchas tienen más preparación que sus colegas masculinos, el acceso a cargos de liderazgo sigue siendo restringido. No es una cuestión de mérito, sino de quién tiene el poder para decidir.
La feminización de la pobreza y la explotación del cuerpo femenino
El empobrecimiento de las mujeres no es accidental, es el resultado de un sistema que no reconoce ni remunera de manera justa el trabajo de cuidados y la crianza. Las mujeres realizan el 70% de los trabajos a tiempo parcial en Europa y, en todo el mundo, poseen solo el 2% de la riqueza global. La maternidad sigue siendo penalizada en el mercado laboral, y muchas mujeres deben renunciar a sus carreras por la falta de políticas de conciliación reales.
Al mismo tiempo, la mercantilización del cuerpo femenino sigue siendo un negocio lucrativo para el patriarcado. Desde la prostitución hasta la gestación subrogada, las mujeres son empujadas a la explotación bajo el disfraz de la «elección personal». Nos venden la idea de empoderamiento mientras nos obligan a pagar con nuestro cuerpo el precio de la desigualdad.
La deuda de los Estados con las mujeres
La igualdad no se logrará con discursos vacíos ni con promesas incumplidas. Ningún país ha alcanzado un marco legal que garantice plenamente los derechos de las mujeres. La Plataforma CEDAW exige medidas concretas:
✅ Inversión en políticas públicas de igualdad. ✅ Educación feminista desde la infancia. ✅ Eliminación de leyes discriminatorias. ✅ Penalización efectiva de todas las formas de violencia contra las mujeres. ✅ Protección real de los derechos reproductivos. ✅ Garantía de igualdad salarial y acceso a puestos de liderazgo.
Si seguimos a este ritmo, la ONU estima que tomará 300 años alcanzar la igualdad real. No podemos esperar tanto. La lucha feminista es la única vía para lograr una transformación estructural y erradicar el sistema que nos oprime.
Al cierre de la conferencia, el debate fue intenso y enriquecedor. Se habló de acciones, de resistencia, de la necesidad de dejar de pedir permiso y empezar a exigir justicia. Porque, como bien señaló Domínguez, la igualdad no es una utopía, es una urgencia.
El evento culminó con la firma de la conferenciante en el libro de honor del Ateneo Siglo XXI y con una certeza compartida: queda mucho por hacer, pero juntas podemos acelerar el proceso.
El 8M: ni flores, ni espectáculos, ni discursos vacíos, exigimos justicia
El 8M no es un día de celebración, es un día de lucha. No queremos felicitaciones ni mensajes vacíos de solidaridad. Queremos que el mundo escuche nuestras demandas y actúe en consecuencia. Queremos que se acabe la violencia, la explotación y la discriminación. Queremos igualdad real y la queremos ahora.
Este 8M, salgamos a las calles con la convicción de que no estamos pidiendo favores, estamos exigiendo lo que nos corresponde por derecho. Nos sobran razones para seguir luchando. Nos sobran motivos para no callar. Porque la igualdad no es una utopía, es una necesidad urgente. Y no vamos a esperar 300 años más para verla hecha realidad.
Conferencia en Youtube: